#Mis oficios y pasiones
Mi nombre es Hebert Manzanilla, que complejo es auto describirse, resulta que la mejor descripción no es la que uno mismo se hace sino la que hacen los demás, Siento que puedo contarles un poco sobre mí, y darles una idea de quien es quien les escribe, pero con el paso del tiempo sean ustedes quienes comenten sus impresiones sobre mí, quiero comenzar por agradecer a los grandes amigos que me hablaron de steemit, y a quienes les debo haber despertado en mi el interés por el mundo del Arte y que hoy escriben líneas en esta plataforma, Armando Mayor y Rony Reyes.
Me considero afortunado de nacer en el seno de una familia honesta y trabajadora, con unos padres maravillosos que se encargaron de mostrarnos a mis hermanos y a mí el camino correcto, teniendo como principal premisa siempre hacer las cosas en nombre de nuestro Cristo.
Por otra parte, me siento contento con la educación que mis padres se ocuparon de darme, tuve una vida escolar bastante diversa, nací rodeado de diferentes culturas pues me crie en Ciudad Ojeda, Estado Zulia, Venezuela, una pequeña ciudad que se convirtió en tierra de extranjeros con el boom petrolero, tuve la suerte de compartir con Peruanos, Colombianos, Italianos, Argentinos, Brasileros, Portugueses, Árabes, Chinos, Españoles, Mexicanos, y además con gente de otros rincones del país, desde oriente a occidente, de norte a sur, me siento privilegiado por ello, pues he tenido la suerte de entender e identificar el dialecto de cada uno y de aprender de todas sus costumbres, era muy fácil reunirme con compañeros de clases y un día estar comiendo jalapeños con mexicanos en su mesa , y en otra oportunidad con Italianos aprendiendo a comer pasta Boloña sin Mayonesa.
Seguidamente, el haber nacido en la Costa Oriental del Lago me llevo a enfocarme en ser gente del petróleo como lo había sido mi padre, a mis 34 años aún me siento maravillado de ver a mi viejo petrolero trabajando y haciendo país, después de graduarme del colegio, y la secundaria, me encontré con una gran disyuntiva, no sabía que debía o que quería estudiar, aunque me encantaba la idea de estudiar diseño gráfico o arquitectura, no lo hice por lo que me decía la gente que esas eran carreras sin futuro, que debía estudiar ingeniería como mí padre y por supuesto que debía ser ingeniería petrolera o ingeniería en informática que era la “ingeniería del futuro”, estaba muy confundido, no podía definir mi verdadera vocación, a fin me decidí estudiar ingeniería en informática pues me encantan las computadoras y los aparatos electrónicos, quizá pude haber sido un tremendo ingeniero electrónico pero luego le tuve miedo ya que decían que era muy difícil la carrera, dedique los primeros tres años de estudios a la informática y estaba tan desorientado que me cambie a mitad de carrera por la ingeniería industrial, pues para trabajar en la industria petrolera solo había que ser “ingeniero y hablar ingles”, ese debía ser mi norte, ya que todo mi interés era ser como mi padre, el hombre que más amo y mi héroe, poder vivir la vida tan interesante a mi parecer que él vivía, me encantaba verlo hablar por celular acerca del diseño de una cementación de un pozo petrolero, dando órdenes o marcando pautas, eso para mí era un sueño.
En este mismo sentido, luego de tener tantos desaciertos con los números y de luchar contra la corriente estudiando algo que no me apasionaba, lo logre, me gradué de Ingeniero Industrial, y me contenta, a la final de la carrera y después de vivir la pesadilla de ver 15 matemáticas cuando en realidad eran 5, (esto quiere decir que vi cada matemática 3 veces), lo que un día veía con vergüenza hoy y desde hace unos cuantos años me pone a pensar ¿como fue posible dedicar tanto tiempo a algo que no me gustaba, que no me hacia feliz?. Al final me enamore de sus últimas materias, pues hablaban de planificación de plantas industriales, investigación de operaciones, procesos de manufactura, control estadístico de la calidad, y por supuesto hice mi sueño de 5 minutos realidad, logre entrar en una empresa petrolera a hacer mi tesis y pasantía, me puse por fin una braga petrolera y me paseaba orgulloso con ella en la universidad, alimentando el ego.
Recuerdo la primera y última vez que me subí en una gabarra petrolera sentí un miedo y unas nauseas tan insoportables que mas nunca desee hacerlo, le doy gracias a Dios que no hubo más oportunidad de ello en aquel momento, el solo imaginarme estar en una plataforma asomándome en las barandas viendo solo olas, o en el desierto viendo solo arena por meses atendiendo un pozo petrolero o de gas, estando allá triste y tan lejos sin ver y disfrutar a mi familia por solo ganarme una muy buena cantidad de dinero, me invade la agonía, aunque debo entender que aun no sé si ese sea mi destino, siempre le pido a Dios que se haga su voluntad y que me ubique donde vaya a ser feliz.
Vease: http://ingenieriaycomputacion.blogspot.com/2010/06/troll-plataforma-de-extraccion-de-gas.html
Lo cierto es que, de estar casi un año trabajando en la empresa, una nube gris llamada “Recesión Petrolera o Gran Recesion” trunca y destrona mis sueños de ser gente de petróleo. Se cerraron para mí por unos cuantos años las oportunidades de trabajar en lo que “siempre había querido”, más desorientado y frustrado aun, decidí convertirme en taxista, pues era una manera fácil y divertida de hacer dinero estando en las calles que nunca estuve y que anhelaba, comencé a descubrir el mundo, a conocer más personas, a respirar otro aire que no fueran las 4 paredes en las que creía estar sometido, en la calle tuve aciertos y desaciertos, viví muchas cosas que si me pongo a contarlas se me pasaría una semana escribiendo el post y lo haría quizá bastante aburrido, para resumir, la calle me enseño entre otras muchas cosas que no hay nada como el hogar, estas muchas otras cosas seguramente las estaré comentando en posteriores escritos, en donde quizá hable de mecánica, de gente que tuve la fortuna de conocer y de vivencias que me hicieron crecer, cuando mucha gente me critico probablemente con razón o sin ella, cuando me decían que estaba perdiendo el tiempo, lo cual en mi opinión no es cierto pues nuestro tiempo nos pertenece y con el vivamos lo que vivamos algo debemos aprender.
Vease: https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Recesi%C3%B3n
Siento como si fuera el día de ayer, cuando salí a trabajar en mi taxi y conocí una muchacha muy elegante e interesante a la cual le preste un servicio, recuerdo bien que me interese en lo que hacia esa chica y en vez de tener cualquier otro sentimiento, me sentí maravillado y admire su trabajo, debo acotar que en esos días estaba muy frustrado y tenía un profundo deseo de superación, creí que era la hora de ir nuevamente a casa y dejar de ser taxista, sin rodeos y sin adornos le pregunte acerca de su trabajo, ¿que hacía?, ¿a que se dedicaba?, esas eran mis preguntas mientras me imaginaba que era abogada, por su particular elegancia.
Para mi sorpresa era corredora de seguros, desde ese momento sentí que se me ilumino la vida y le pregunte ¿como hacía para ser corredor?, pues ese mundo me gustaba y sentía que sería bueno, yo era el que resolvía los problemas del seguro diligentemente cuando mi padre y yo teníamos algún accidente con los vehículos y pues debíamos reportar o hacer gestiones en la compañía de seguros, casualmente y ya cansado de mi vida como taxista tenía una carpeta full de currículos en el porta-mapas de mi carro, la tome, saque dos inmediatamente y se los di a la chica, la cual sin ningún interés entrego en una conocida empresa de seguros en Venezuela.
Al cabo de semana me llamaron para una entrevista, para hacerlo más corto, hice el curso de corredor que duro 2 meses y luego presente mi examen de competencias ante la superintendencia de seguros y para la gloria de Dios obtuve mi credencial como Asesor de Seguros, el día en que se hicieron los actos protocolares y nos entregaron nuestras credenciales estuve más feliz que cuando me gradué de Ingeniero Industrial, por primara vez tuve compañeros que orgullosamente llame colegas, en ese momento entendí lo triste que fue mi vida en la universidad habiendo dedicado tanto tiempo a algo que no me gustaba y que me sentía obligado por mi falsa realidad, comencé a producir, y me fue muy bien al principio, el negocio desdichadamente por la situación país mermo demasiado, se llenó de problemas innumerables pero igual seguíamos hacia adelante, el haber hecho el curso como corredor y el estudiar las leyes que regulan la actividad aseguradora, me hizo sentir interesado en las leyes, y me puse a estudiar derecho, pero las obligaciones y la necesidad de trabajar me hicieron tomar la decisión de dejar la carrera,total a la final en un tan corrompido sistema judicial como el de nuestro querido pedazo de tierra llamado Venezuela es demasiado complicado ejercer, además tenia un compromiso político con la persona que me consiguió la beca para estudiar y ya no soportaba pasar el día haciendo favores, me retire y me dije a mí mismo “si algún día estudio de nuevo será porque me la pague yo”.
Todos estos cambios a usted le pueden hacer pensar que soy un tipo poco constante y probablemente sea así, pero en el fondo de mi corazón hay una voz que me dice: tranquilo hiciste lo correcto, así fue, y ya paso, hoy en día seguro parezca una locura por la diferencia a las que obedecen los oficios a los que me dedique en primera instancia, pero la vida me mostro el camino de la cerámica y su relación con absolutamente todo, tengo la fortuna de contar con un gran mentor y maestro, mi suegro Adhemar Sánchez un hombre que es un compendio de enciclopedias de cerámica abierto por fortuna para mi, con más de 40 años de experiencia en el ramo y quien me ha brindado un apoyo invaluable, montamos mi taller de cerámica, por fin le encontré un sentido a haber estudiado ingeniería industrial y hoy siento que encontré mi vocación, vocación que lleva como nombre “CREAR Y PRODUCIR”, haciendo muchos esfuerzos y enamorándome cada día mas del oficio he pasado de hacer piezas de revestimientos para la industria del diseño, arquitectura o construcción, a hacer piezas utilitarias tales como vajillas personalizadas para los restaurantes más importantes del país y en los últimos días influenciados por unos grandes amigos artistas he tenido la osadía de expresarme mediante una suerte de arte cerámico, soñando y modelando en la arcilla, y por primera vez soy muy feliz haciendo lo que hago, estoy por aceptar que conseguí mi camino, un camino totalmente diferente al que soñé algún día, no sé que me depara el futuro, si lo supiera quizá estaría en otro plano, quizá el día de mañana por obligación y con un bozal de arepas como lo llamamos en Venezuela un día este trabajando en un empresa en la cual no sea feliz, para cumplir con la responsabilidad de llevar el bocado a la mesa de mis hijos, “no lo sé” espero las vicisitudes de la vida no me obliguen a cambiar de rumbo y que eso no sea así.
Finalmente, considero que así es la vida,un vaivén y hay que vivirla como viene, estoy muy contento de contar con esta plataforma que considero es un milagro para mucha gente preparada que aún no ha sido escuchada del todo, y que puedo dar fe, ha sido la solución para muchos problemas económicos que para nadie es un secreto hoy vivimos la gente honesta y trabajadora de nuestra querida Venezuela, es bueno ganar dinero hablando sobre tu vida y sobre tus conocimientos, me llene de alegría al ver a mis amigos artistas comprando comida como si se fuera acabar el mundo, muchachos de 23 años promedio que sueñan con un mundo mejor y que luchan día a día por ser entendidos y escuchados, esta plataforma les está haciendo el camino menos empinado, Steemit les felicito y les agradezco, sin más les digo hasta luego, ojala haya sido de su agrado mi extenso resumen introductorio, cuenten con que escribiré seguido sobre temas petroleros, artísticos, legales, de seguros, políticos y de mi amada y apasionante cerámica, espero en el camino ser cada día mejor. Gracias por su atención.
Te amo Viejo.
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