Me duele el alma.

Tengo un dolor tan profundo pero ya no me salen las lagrimas, me está llorando el alma, juro que me duele. Tenía tanto tiempo que no me sentía así, se sienten como puñaladas que no sangran pero que van matando por dentro, tengo un nudo en la garganta. Esas palabras nunca se me van a olvidar, yo no las merecía... ¡Maldita sea! ¿Cómo pudo ser tan cruel conmigo?

Yo le entregué lo mejor de mi, le di hasta lo que no tenía por verlo feliz un momento, me quedé sin nada y no me importó, quise hacer su infierno, que también lo convertí en mío, más llevadero y hoy es capaz de tratarme como lo hizo. ¡Maldita sea una y mil veces! ¿Qué coño se hace cuándo el alma duele así? Cuando la vida es tan injusta que ya no quieres continuar, estoy cansada, siento que no doy para más, no quiero seguir. Quiero alejarme de toda esta mierda, sabía que de él no iba a recibir mucho pero no esto, esto no lo merezco, no después de tanto. Lo quise como nunca había querido a nadie, me entregué a él completa sin negarle nada porque no podía y no le importó.

Y lo peor de todo es que tengo que tragarme todo esto en silencio porque me lo advirtieron y yo no hice caso, el amor me cegó, me aferré a él, sin saber todo el daño que iba a causarme, y lo peor de todo es que lo defendí de todos, puse aquí una imagen limpia suya, para que no le juzgaran y hoy así me paga.

Ojalá algún día te sientas como yo me siento, ojalá te rompas en mil pedazos como lo acabas de hacer conmigo...