Escalafón
Poco puede precisar la partícula,
sometida a la fuerza de las circunstancias,
cuando no es capaz siquiera de abrazarlas todas,
mucho menos juzgarles por pacíficas bondades,
que el tiempo figurase en sudores axficciantes,
para una sed que no camina.
Cuando se cruza por ella otra víctima,
a su interpretación ciegamente más temeraria por las razones que la han subido a su encuentro.
No debería la primera darle todo el crédito de su espació a esta frágil criatura,
cuando ha sido la más vieja la que encausaría los nuevos eventos que les confrontarían como nunca había sucedido, dándole la certeza en sus magníficos pensamientos,
que esa sensación de éxito era el aroma y el tacto de sus más nobles y peligrosos deseos,
aunque ganando terreno,
mucho a de aprender la valentía de la varonil arrogancia,
que conduciéndose por caminos distintos,
la más despreciable lucra con lo que le aprovecha a ambas,
sucediendo que la delicada mano del cinnamomum
tentada a posarse sobre el fruto cristalino,
ha preferido comprar el dolor para el mundo,
confiado en el alto precio de sus virtudes
que un día le pagarán con las más variadas e intensas emociones.