[ENG - SPN] Enchantments of old Madrid / Encantamientos del viejo Madrid
In the same way, that one of the greatest tricks of the Devil -according to Baudelaire- is to make us believe that he does not exist, one could also speak of those enchanted places, which although apparently they do not seem so, keep behind them extraordinary stories of ghosts, entities that, although they are usually presented under an eminently normal appearance, they are still souls in pain, seeking to rest in peace, entrusting themselves to the mercy of those with whom they come across.
It is also very likely that the more unfortunate events that occurred in a place, the more enchanted it will be. Perhaps not so much now, but in the past it circulated through the gossip houses of Madrid -and there are those who still remember it and cross themselves afterwards or run quickly, looking for a Peto de Ánimas in the nearest church- than through one of its most enchanted places of the city, such as the popular Plaza Mayor, one usually sees not only the ghosts of those unfortunates who died in the terrible fire that almost devastated it, but also those who died unjustly executed and for that reason, neither they found peace in the underworld where their souls were trapped.
It is very likely that today's society has become like the version of the questioning Apostle, Thomas, and needs, like him, to be presented with a sore where to put his finger, but friend, you come from outside and one day you walk quietly through these hermetic arcades: be careful, because sometimes appearances are deceiving and after all, we can never be sure of the nature of the beings we come across.
De la misma manera, que una de las mayores tretas del Diablo -según Baudelaire- es hacernos creer que no existe, también podría hablarse de esos lugares encantados, que aunque aparentemente no lo parezcan, guardan detrás de sí extraordinarias historias de aparecidos, entidades que, aunque se suelan presentar bajo una apariencia eminentemente normal, no dejan de ser almas en pena, que buscan descansar en paz, encomendándose a la piedad de aquellos con los que se cruzan.
Es muy probable, así mismo, que cuantos más hechos desgraciados se produjeron en un lugar, más encantado se encontrará éste. Quizás ahora ya no tanto, pero antiguamente circulaba por los mentideros de Madrid -y hay, quien todavía lo recuerda y se persigna a continuación o corre presuroso, buscando un Peto de Ánimas en la iglesia más próxima- que por uno de sus lugares más encantados de la ciudad, como es la popular Plaza Mayor, se suelen ver, no sólo los fantasmas de aquellos desdichados que fallecieron en el pavoroso incendio que casi la arrasa, sino también, los de aquellos que murieron injustamente ajusticiados y que por tal motivo, tampoco encontraron la paz en el mundo de ultratumba en el que quedaron atrapadas sus almas.
Es muy probable que la sociedad de hoy en día, se haya vuelto como la versión del Apóstol cuestionador, Tomás y necesite, como él, que le presenten una llaga donde meter el dedo, pero amigo que vienes de fuera y un día paseas tranquilamente por estos herméticos soportales: ten cuidado, porque a veces las apariencias engañan y después de todo, nunca tenemos la seguridad de la naturaleza de los seres con los que nos cruzamos.
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