A veces no medimos nuestras palabras

A veces lastimamos a las personas con las palabras qué decimos, es algo llamado discriminación a través del lenguaje, o discriminación lingüística. Sucede cuando, sin medir nuestras palabras lastimamos a esa otra persona con la cual conversamos, y puede que nos demos cuenta, cómo a la vez no es nuestra intención.

Muchos de los casos han sido casos de bullying, que si “Gordo, flaco, alto, enano, fea, feo, y en otros caos nos vamos al racismo, negro, blanco”. Pero lo que muchos de nosotros no sabemos, es que al lastimar le hacemos un daño psicológico a esa persona, donde la podemos incluso llevar a la perdición.

Es decir, que hagamos que entre en una etapa de depresión, ya sea por su físico o su personalidad, ejemplos muy comunes, los de la secundaria, donde siempre va a haber el cerebrito de la clase, siempre va a haber el que sea más inteligente, y es algo que a los demás no les va a gustar, y es ahí donde se creará la envidia.

Hay muchos tipos y muchas maneras de discriminar a una persona a través de las palabras, sin embargo, estoy en contra de ello, aunque admito que en un tiempo también fui de esos, de esas personas que herían a los demás para quedar bien. Pero cuando maduré, noté lo que estaba bien, y lo que estaba muy mal.

Pero si hay algo que siempre va a haber, es la discriminación, por lo tanto te invito a que tomes conciencia de las palabras que salen de tu boca, de que pienses muy bien lo que vas a decir, para que así no hieras a nadie, y seas ese cambio del cual hablar, esa persona que está en contra de que hablen mal de las demás personas, porque si hay algo que vale mucho, es el amor propio, y el hecho de humillar a alguien más, creo que no está nada bien.