Pablo Escobar
Pablo Emilio Escobar Gaviria (Rionegro, Antioquia; 1 de diciembre de 1949 - Medellín, Antioquia; 2 de diciembre de 1993) fue un narcotraficante, terrorista y político colombiano, fundador y máximo líder del Cartel de Medellín.
Nacido de una familia campesina, Escobar demostraría habilidad para los negocios desde muy pequeño. Inició su vida delictiva a finales de los 60 en el contrabando, y a comienzos de la década de los ochenta, se involucró en la producción y comercialización de marihuana y cocaína al exterior.
Tras formar alianzas con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis Ochoa y su clan, Escobar fundaría el Cartel de Medellín, organización que en su auge, monopolizó el negocio de la cocaína desde su producción hasta su consumo, controlando más del 80% de la producción mundial de dicha droga y el 60% del mercado ilícito de la misma en Estados Unidos.[5] Logrando así consolidar su imperio criminal, convirtiéndolo en el hombre más poderoso de la mafia colombiana, acumulando una inmensa fortuna, que rondó la cifra de los 30 mil millones de dólares en efectivo, consagrándolo así como uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes durante siete años consecutivos.[6][7]
Para excusar su inmensurable capital, a comienzos de los ochenta Escobar trataría de pulir su imagen a través de la realización de obras de caridad para los desprotegidos y con una breve incursión en la política, ocupando un escaño como Representante a la Cámara en el Congreso Nacional en 1982. Sin embargo en 1983, tras diversas publicaciones del diario El Espectador y con la acusación directa del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, pierde su escaño y es acusado públicamente por sus negocios ilegales. Tiempo después, Rodrigo Lara Bonilla en 1984 y Guillermo Cano, director del El Espectador, son asesinados por órdenes de Escobar.
Para 1985, el narcotráfico ya estaba en pleno auge y asimismo los carteles dominaban Colombia, lo que desató una guerra contra el gobierno, encabezado en ese entonces por Belisario Betancur. Este último fue quién había puesto a Rodrigo Lara Bonilla como ministro de Justicia, el cual había señalado a narcotraficantes que estaban involucrados en política, economía, inclusive en el mundo del fútbol.
Los narcos tenían ejércitos privados, negocios por todo Colombia, grandes extensiones de tierras y el control de mercados como el de las esmeraldas. Más adelante, Lara desmanteló el laboratorio de cocaína más grande del Cartel de Medellín, Tranquilandia, y decomisaría 30 aviones del mismo grupo. La guerra de los narcos contra el Gobierno, se tornó violenta y sádica.
Tras sendos intentos de negociación y múltiples secuestros y asesinatos selectivos de jueces y funcionarios públicos, en 1989, el Cartel de Medellín con Escobar al mando declaró la guerra total contra el Estado.[8][9] Organizaría y financió una extensa red de sicarios, fieles a su mando, que asesinó a personalidades clave para la institucionalidad nacional, como el dirigente liberal Luis Carlos Galán, y perpetró actos terroristas indiscriminados con el empleo de coches bomba en las principales ciudades del país que desestabilizaron al mismo, puso a las autoridades «de rodillas», y que lo convirtió en el criminal más buscado a comienzos de los años noventa.[10][11] Fue el responsable del asesinato de 657 policías entre 1989 y 1993,[12] [13][14]y de feroces enfrentamientos contra el Cartel de Cali,[15][16] los paramilitares del Magdalena Medio y finalmente Los Pepes.
Después de la consumación de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, que le dio a Colombia una nueva constitución y la prohibición de la extradición de nacionales a Estados Unidos, Escobar decidió someterse a la justicia con la única condición de ser recluido en La Catedral, una ostentosa cárcel ubicada en sus terrenos. Tras demostrarse que aún seguía delinquiendo tras las rejas, el Gobierno quiso capturarlo, por lo cual Escobar se fugó, saliendo fácilmente por la parte trasera de la prisión, lo que fue uno de los episodios más vergonzosos para la autoridad penitenciaria del país. Tras su escape, el gobierno conformó el denominado Bloque de Búsqueda para recapturarlo y tras diecisiete meses de intenso rastreo, fue tiroteado en un tejado de un exclusivo sector de Medellín a los 44 años de edad el 2 de diciembre de 1993.
Carrera delictiva...
Los comienzos de Escobar en el crimen organizado se dieron lenta pero inexorablemente y a lo largo de su carrera criminal, se sirvió de una extraña mezcla de violencia, sangre, paternalismo y filantropía para lograr sus fines.[42] Mientras, por un lado, eliminaba sin piedad a sus competidores, ordenaba asesinatos, estimulaba intrigas o conspiraba contra figuras influyentes de la política o el Gobierno, por el otro, regalaba sándwiches a los mendigos, erigía casas para los pobres de Medellín o construía campos de fútbol para los niños de los suburbios,[43] lo que le proporcionaba un fuerte apoyo popular en los barrios más pobres de la ciudad.
Tranquilandia era el principal centro de producción de cocaína del Cartel de Medellín localizado en Caquetá. Contaba con 19 laboratorios de procesamiento, abundante agua dulce (del río Yarí), un sistema eléctrico independiente, dormitorios y una pista para aterrizaje. El complejo fue destruido en 1984 por la Policía Nacional y la DEA incautando cerca de 14 toneladas de droga, valorada en 1 200 millones de dólares.[44]
Escobar comenzó su carrera delictiva con pequeños timos, hurtos y trabajando para el rey del contrabando en Colombia Alfredo Gómez López Don Capone.[45] Al contrario de lo que se decía, no tuvo un negocio de bicicletas ni robó lápidas para revenderlas, ya que era profundamente creyente desde muy pequeño, al igual que su familia. Años más adelante construiría varias iglesias, campos de fútbol y reconstruiría la ciudad con los ingresos derivados del tráfico de cocaína.[46]
A medida que fue creciendo se involucró en el hurto de automóviles en las calles de Medellín,[47] y pronto pasó a dedicarse al tráfico de marihuana hacia los Estados Unidos. Se le involucró igualmente en el secuestro y asesinato del industrial Diego Echavarría Misas en 1971,[48] y del capo del narcotráfico Fabio Restrepo en 1975.[49] Primero actuaba como intermediario que compraba la pasta de coca en Colombia, Bolivia y Perú,[50] para posteriormente revenderla a los traficantes encargados de llevarla a Estados Unidos.
En la década de 1970 se convirtió en una pieza clave del tráfico internacional de cocaína, asociado con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder, Jorge Luis Ochoa y sus hermanos Fabio y Juan David, fundó y lideró el denominado Cartel de Medellín que se hizo con el control de pistas, rutas, laboratorios y monopolizó el comercio ilegal desde la producción hasta el consumo. En 1976 fue detenido por tráfico de estupefacientes pero el proceso prescribió y quedó en libertad meses después de su detención.[51] No obstante, el proceso fue reabierto por la jueza Mariela Espinosa, quien también desistió de la investigación por amenazas contra su vida.[52]Espinosa fue asesinada en 1989, por orden de Escobar.
Posteriormente llegaría a ser catalogado como el séptimo hombre más rico del mundo según la revista Forbes cosa que su hijo negaría años después.[53] Fue dueño de una exótica y extensa hacienda, llamada Hacienda Nápoles, que se convirtió en su centro de operaciones.
Pablo Escobar estaba entre los multimillonarios del mundo por su inmensa fortuna invertida en edificios, viviendas, automóviles y haciendas.[54] En la Hacienda Nápoles reunió más de 200 especies de animales exóticos para la región, como hipopótamos, jirafas, elefantes, cebras y avestruces, todos introducidos en el país como fruto del soborno a las autoridades aduaneras, lo que no impidió la difusión televisiva del inmueble en un reportaje propagandístico. Era aficionado a los automóviles lujosos y, después del atentado perpetrado por sus enemigos del cartel de Cali, se encontraron más de 40 autos deportivos en el aparcamiento del edificio Mónaco en Medellín, donde vivía parte de su familia. Es difícil calcular la totalidad de sus bienes raíces como edificios, oficinas, fincas, locales comerciales y casas, pero algunos datos hablan de más de 500 predios de su propiedad. También poseía helicópteros, motocicletas, lanchas y varias avionetas para transportar la droga a través de varias regiones del país.
De acuerdo con documentos de la DEA, el Cartel de Medellín fundó en 1981 el grupo Muerte a Secuestradores (MAS) como respuesta a los secuestros (secuestro de Martha Nieves Ochoa, intento de secuestro de Carlos Lehder) y a las acciones guerrilleras en su contra,[55] este grupo está relacionado también, tras la muerte de Pablo Escobar, con Carlos Castaño y su hermano Fidel conocidos comandantes paramilitares.