The Darwin
Las conversaciones a los almuerzos, las charlas interminables de nuestro padre. Los perritos que se echan tan condicionados, pereceando despues de comer.
Recuerda bien que te estimo mucho, lleva siempre mi nombre en tu corazón y en la agenda; mi numero telefónico: para las charlas de los viernes, y las risas de los domingos. Estás lejos querido, pero siempre aquí.
Tengo el placer de tenerte, de pequeño entre mis brazos, de grande en las partidas de ajedrez que haz comenzado a ganar, de lejos en la memoria.
Hermanito,
Espero la próxima partida de ajedrez.
Grafito sobre papel.