La voz de la deshonestidad susurra, late el cerebro.
Y a veces no te sentabas en la noche.
Tu me abrazas
Puedes huir de nuevo como es entonces
Que bien cuando nosotros dos.
Se dignó venir a la boda.
Y no quiere nadar, aunque sí puede.
Y le da generosamente el collar al que tiene la cara brillante.
Castillo, distribuyendo invitaciones.
Y en el verano por todas partes floreció la ortiga allí.
Tus ojos me volvieron loco
Que todo sea cambiable.
Sólo un dulce engaño hará más divertido.
Cuando empiezas al cielo
Jugó cariñosamente contigo,
Justo en la hoja del cuchillo,
Cuánto vino de una vez.
Como te enfureces en tu impulso,
Y juegas solo: contigo mismo,
Y el éxito - en las manos del reloj de oro para sonar,
Y perderse en algún lugar antes del amanecer.
Pues voy a la misma preparatoria que tu.
Ya he tenido que decir adios muchas veces.