Nebraska: una excusa para respirar.
Un anciano camina por una carretera, no sabemos a dónde va pero notamos su decisión de llegar, sabemos lo hará, desde la primera escena sabemos ese hombre no se detendrá ante nada para llegar.
El anciano es Woody Grant, interpretado por el veterano Bruce Dern, un alcohólico de más de 80 años en un matrimonio insoportable, con dos hijos que siente no lo aman, y quiere ir a Nebraska a reclamar un millón de dólares. Su hijo David, Will Forte quien normalmente trabaja en comedias más tradicionales, trata de decirle que no gano nada, que su premio no es más que una estafa en la web, quieren que pague una suscripción a una revista. El viejo no oye razones y su hijo decide llevarlo a Nebraska para que no siga tratando de caminar hasta allá. Como le dice David a su hermano: Su padre necesita un motivo para vivir.
En el camino el pueblo de la juventud de Woody, que avanzo sin él decide recordarlo cuando se creen el cuento del millón de dólares. Piden pagos por deudas pasadas, argumentan merecer una parte de la imaginaria fortuna. El dinero te gana amigos, pero ninguno de verdad.
Pero a medida que viaje avanza David empieza a entender a su anciano padre. David también busca un motivo para vivir, tiene un trabajo que le alcanza para pagar las cuentas pero no le servirá para avanzar, está terminando una relación por no tener el valor de pedir matrimonio (Probablemente por no querer repetir el patrón de sus padres). El camino los conecta, necesitan una excusa para seguir respirando, David la consigue en darle un último gusto a su padre y Woody en el millón que quiere usar para comprar una nueva camioneta, aun si su edad no le permite manejarla.
Un viaje lejano e inútil a veces nos pueda ayudar a sanar una relación. Una aventura a veces nos devuelve el propósito. Todos queremos un último viaje, sentir que tenemos un propósito.
De eso trata Nebraska, de dos vidas que parecen no ir a ningún lado consiguiendo propósito en el otro, Woody quiere su millón de dólares para dejarles algo a sus hijos y David quiere que su padre viva tranquilo. En el otro consiguen motivos para seguir viviendo, aun después del viaje a Nebraska.
Una obra de arte y un nuevo clásico del road movie.