Diciembre agotado.
La llegada del mes de diciembre para los venezolanos es singular. Es como si nos cambiara la vida y que el mes fuese una caja de Pandora positiva. La marca de la conquista española con la llegada del pesebre franciscano, los aguinaldos, los villancicos y parrandas que no terminan hacia el 6 de enero, Día de Reyes Magos; continuamos que esa carga sincrética la llevamos muy adentro. No conforme con la música, poesía y canto, nuestra mesa se llenó con la multisápida hayaca con y, por ser voz indígena, torta negra, pan de jamón, panetón. Luego los gringos con su petroleo y sus mass media y ahora las redes de la autopista de la información, contribuyen a la mixtura navideña.
Entonces el mes de diciembre es una fiesta que se inicia quizá en septiembre para su ajuste final entre el 24 de diciembre y el seis de enero. Por qué en septiembre? porque en esos días inician las gaitas en su recorrido musical por las emisoras de radio y tv.
Tedioso sería para los stimados o steemirs enumerar o irse a la historia y continuar hablando de estas cosas bellas e inolvidables. Oh, debemos parar. Si, desde hace tiempo ya no es igual. Las fiestas ya no tienen aquel carácter o caracteres que la hacían propicia. Hay tristeza, ya muchos de nuestros hijos fuera del país, una situación económica y social a punto de reventar, un estado ineficaz y una somnolencia terrible que brota por nuestros poros y nos hace unos llorones a moco tendido,quizá, ininteligible para la traducción del español a otras lenguas.
No tiene la culpa la navidad ni diciembre. Los culpables comerán muy bien. El hambre y el empobrecimiento continúa y la caida aun no es completa. El mundo que tenga feliz navidad. Para nosotros, que Dios nos compadezca.