Es maravilloso observar la esencia de la humanidad respetando a todos los seres. Estar aquí y ahora, es una oportunidad única, irrepetible, es un acuerdo que desde nuestro origen ha sido establecido; lo que sentimos, lo siente la Pacha, el espíritu de la selva y sus misterios.

Recordando que somos seres humanos frágiles a las sensaciones que percibimos del entorno, entendiendo la sensibilidad como una condición natural y siendo consientes de nuestra naturaleza, hacemos uso de los recursos que nos ofrenda la Tierra, para nutrirnos y crear herramientas que sirvan a la construcción de la humanidad y no a su destrucción, como ha ocurrido desde el principio de los tiempos y sigue ocurriendo ¿Es necesario acabar con toda la flora, fauna y especie humana para considerar un cambio? Toda persona con un poco de sensibilidad, busca ser feliz ¿acaso es posible?

“En cada instante algo surge y algo desaparece dentro de nosotros, los diferentes Bardos, no son sino los diferentes estados de conciencia de la vida: El estado de conciencia despierta, conciencia del sueño, conciencia de agonía, conciencia de muerte y el estado de conciencia de renacimiento” Pero ¿que estado de conciencia es el de aquellos que hacen daño y destruyen? Por ambición, odio, envidia, maldad...

¿Qué etiqueta puedes colocar al odio por ejemplo? no es un odio de izquierda o derecha, del norte o del sur, de oriente u occidente; el odio es odio, aunque tu motivo sea distinto al mío, la sensación será la misma en ambos y esto genera un daño irreparable, donde cada humano destruye con su granito de odio a la Tierra; las consecuencias son apocalípticas para la sociedad del futuro ¡Nada justifica el mal! Desde inventar guerras, donde las primeras victimas son niños y niñas, explotar recursos naturales contaminando el ambiente, hasta asesinar mujeres por defender su derecho a vivir en paz, es la evidencia del hombre primitivo, reflejada en aquellos sin inteligencia ni valores, que se prestan para estos fines.

Un ser humano es un ser social, tiene que vivir en sociedad, vivir con los miembros de su familia y con otras personas; si comete acciones que perturban la atmósfera que le rodea, ¿Cómo puede esa persona disfrutar de paz y armonía? cualquier impureza mental es una enfermedad universal “El pensamiento purificado de toda ceguera es comparable al oro puro” y esta riqueza, solo es digna de la nobleza que habita en el corazón, donde todos somos todo, donde todos somos ninguno y al mismo tiempo somos uno. Observador, observando y siendo observado.

Olivia Arévalo Lomas