La Naranja mecánica.

La naranja mecánica o "A Clockwork Orange" es una películas de los años 70 producida y dirigida por el famoso director Stanley Kubrick. Es una película que critica y reflexiona sobre la sociedad, poniendo en evidencia a través del protagonista (Alex DeLarge) la manipulación mediática, la falta de ética y moral entre otros aspectos; mostrándonos al inicio a un Alex cínico, pero encantador el cual de día es uno y de noche, influenciado por las drogas y sus propios paradigmas, otro muy distinto. Capaz de mancillar y violentar a cuanta persona se tope por el camino.

Cuando se captura a Alex (traicionado por su propio séquito) se le lleva a prisión en dónde desarrolla el lado de su personalidad el cual aparenta ser inofensivo, esto para que después lo lleven a un centro psiquiátrico donde se está experimentando con delincuentes para "reformarlos" y es aquí donde todo se vuelve retorcido y complicado. Para domar las acciones de Alex se le obliga a ver escenas de violencia extrema hasta que un día se le muestran las atrocidades cometidas en la segunda guerra, pero de una forma peculiar. Se le obliga a mirar las escenas con un fondo que él ama, qué lo hace ser él de alguna manera. Pero hay que entender esto, volver lo que amas en una herramienta de tortura tiene su propia complejidad.

Alex se ve a sí mismo incapaz de poder defenderse siquiera, es incapaz de sentir armonía con aquello que amaba pues ahora es el látigo que lo atormenta.

Ya para después nos damos cuenta que no importa que el individuo este dañado, sea impersonal, no pueda valerse por sí mismo, su moral y ética sean inclinadas a la violencia para verla como placentera. Se sacrifica una cosa por otra, llegando así a saberse envuelto por la escoria, sin participar de ella. Lo "malo" descansa ya en su mente.

Pero, ¿qué pasa con la crítica social? Bueno, hay argumentos precisos los cuales nos inducen a este análisis. Un estado protector y benefactor que se preocupa por su propia imagen política, el paternalismo de este para con todos a fin de simpatizar, la manipulación de ciertos estigmas sociales a fin de exaltar que lo malo se puede corregir, a pesar de tener medios que deshumanizados, dejando así pues al personaje como victima y vilano. Un precursor de su propia desgracia...

Algo que podemos notar es la división de personalidad y la fragilidad con la que esta se inclina de un lado a otro a través del rostro, más específicamente, los ojos del personaje.