¿Quién tiene las riendas de tú vida? PARTE I
Todas las personas tenemos un sueño, un anhelo, esperanzas de alcanzar unos objetivos, de cambio en la vida.
Es parte de la naturaleza humana querer siempre más y mejor.
Más fuerza, más habilidad, más rapidez, más logros, más éxito, más amor, más dinero, más felicidad, más salud, más sexo, más conexión con Dios, pero no todos están dispuestos a realizar los cambios para lograrlo y, entran en un verdadero estado de locura, creyendo que haciendo lo mismo obtendrán resultados diferentes.
Otros tienen la disposición de hacer los cambios pero cuando se enteran de los sacrificios que tienen que realizar, abandonan la tarea.
Muy pocos, de hecho, sólo un pequeño porcentaje de la población mundial están dispuestos a asumir los riesgos, el sacrificio, la crítica, la burla en algunos casos, el rechazo, el dolor, que se requiere para lograr concretar un sueño.
Si quieres hacer verdaderos cambios en tú vida, ahora en un buen momento.
Hoy iniciaremos la tarea con algunos de los principios que se requieren conocer para lograr eso que tanto anhelamos y por supuesto pronto continuaré compartiéndote los siguientes puntos.
Pero antes de continuar te haré unas preguntas.
¿Tienes aún objetivos por alcanzar?
¿Quieres alcanzarlo?
¿Sabes cómo hacerlo?
Con estas preguntas en tu mente, te invito a continuar leyendo sobre:
El cerebro
Nuestra mente es algo que tenemos que aprender a controlar ya que si no lo hacemos ella nos controlará a nosotros.
Cómo empezar.
Nosotros tenemos tres cerebros.
El reptil, con 200 millones de años, que es instintivo, animal, cavernícola, solo actúa.
El límbico, con 130 millones de años, que en la mujer es de mayor tamaño que en el hombre, es intuitivo.
Y el cortex con solo 40 millones de años, es analítico, lógico.
Aquí lo relevante es que el cerebro reptil tiene injerencia relevante y contundente en el 55 % de las decisiones que tomamos y éste tiene sus características, por ejemplo, una de las funciones del reptil es:
Conservar la energía del cuerpo, eso se traduce en que si el trabajo que haces es adverso a tus gustos y tu motivación no es lo suficientemente fuerte, el reptil te va a entretener con hambre, sueño, sexo, tv, etc., etc., etc.
Otra función es la de reducir miedos y normalmente le tenemos miedo a lo desconocido, y hoy en día las cosas cambian tan rápido que si no estamos conscientes y 100% enfocados en las responsabilidades que tenemos, el reptil nos llevará a una zona de mayor seguridad y saboteará el proceso, para ello te propongo un ejercicio.
¿Has visto trabajar a un escultor?
Lo primero que hace es un boceto de lo que quiere, y que ese dibujo le exprese fuera de él, la idea que tiene dentro de él. Toma la madera, o el material que vaya a trabajar y ¿qué hace? Quita todas aquellas partes que no son las de su idea.
Con ésta idea, empieza a escribir aquello que anhelas, descarga en papel todo lo que se te ocurra con respecto a eso que quieres lograr, escribe y escribe hasta que ya no tengas más que expresar al respecto.
Luego léelo y reléelo con mucha atención y ponle un orden lógico, y verás que en ese proceso empezaras a quitar todo aquello que no es lo que quieres, así como el escultor.
Estarás esculpiendo tu objetivo para que puedas pasar al siguiente paso.
Hasta la próxima entrega. Jorge Marín.
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