¿Quién es el responsable de la falta de liderazgo?

La formación y desarrollo de líderes es de vital importancia para toda organización, independientemente del objetivo de ésta; desde las iglesias, pasando por toda institución deportiva, cultural, educativa en general, empresas de todo tamaño y propósito, hasta un país, viéndolo como empresa generadora de bienestar, salud, seguridad, riqueza y estabilidad para el pueblo. Ésta es una tarea que, desde mi punto de vista, debe ser abordada desde el seno de la familia, como tantas cosas que ya hace muchas, pero muchas décadas, hemos dejado en manos de otros. Pero claro, no podemos dar aquello que no tenemos, si no somos formados como líderes, difícilmente podremos formar a otros, ni siquiera a nuestros hijos. Pero no es una crítica para ti, amigo lector, a menos que seas o hayas sido responsable en el diseño del modelo educativo de algún país. Y no sólo que nuestros sistemas educativos están muy lejos de formar personas con la suficiente capacidad para siguiera liderar sus vidas, si no que están orientados a educar para servir a otros, a tener lo que llamamos un buen empleo y ver si nuestros patrones nos ven, reconocen nuestro trabajo y nos promocionan. Este tema lo estaré abordando en muchas ocasiones, ya que lo considero de suma importancia y relevancia para el sano desarrollo de los acontecimientos en nuestra actual sociedad y por ende para las futuras generaciones, pero que hacer ante tal problemática. No conozco una fórmula mágica para remediarlo, pero si se y puedo ofrecerte las herramientas para que desde éste preciso instante inicies tú camino a alcanzar a aquello que anhelas. Hay una condición fundamental para desarrollar nuestro liderazgo y es, saber qué es lo que queremos en la vida. Y aunque parezca tonto lo anterior, es el error más común. Más del 75% de la población, siendo moderado en la cifra, no saben que es lo que quieren lograr en la vida. Y eso es lógico, dadas, no sólo las condiciones educativas, esto tiene sus raíces en el hogar, donde tenemos padres que tampoco tienen las herramientas y los imposibilitan a dárselas a sus hijos. Busca ahora mismo una libreta y comienza a escribir que es lo que quieres ser en tú vida, llena la libreta entera, no importa, descarga en ella todos tus anhelos, tus sueños, tus apetencias, tomate tu tiempo, horas, días, semanas, sigue escribiendo. Una vez sientas que ya exprimiste todos lo que tenías en la mente, viene la selección. Lee y relee lo escrito e inicia el proceso de priorización, que primero y que después, que en el medio y que al final. Y por hoy te daré una última tarea. Toda esa información plasmada en tu libreta, a que se te parece, hacia donde te llevaría la realización de todos esos sueños, en que te convertirías, y a partir de esa definición empezarás a tener tu propósito de vida. Y para la próxima entrega lo convertiremos en la visión positiva de tú futuro. GRACIAS y hasta el próximo encuentro. Jorge Marín.