EL Buen Gusto De Vivir (monologo para ser desarrollado en un bar)

in #monologo6 years ago

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El Buen Gusto De Vivir

SENTADO EN UNA MESA DEL BAR, ESTEBAN COME A PLACER. ES UN HOMBRE JOVEN, MUY DELGADO O DE CONTEXTURA REGULAR. DURANTE TODO EL MONOLOGO ANTERIOR, HA ESTADO COMIENDO Y PIDIENDO COMIDA CON GRAN DESENFRENO. ES UN HOMBRE QUE VISTE BIEN, CASUAL, A LA MODA, Y QUE NO APARENTA EL PESO QUE DEBERÍA TENER POR TODO LO QUE COME. HASTA EN SUS GESTOS ES GLOTÓN. AL MONÓLOGO ANTERIOR HA REACCIONADO CON UNA EXAGERACIÓN GROTESCAMENTE NATURAL EN SUS GESTOS Y EXPRESIONES. EMPIEZA SU MONÓLOGO A LA SALIDA DE PÍA.

ESTEBAN: (Comiendo y bebiendo de lo que está en su mesa) ¡Esa caraja si tiene razón en eso que dice! Si. No es por entrar en temas de política, que eso ya paso de moda, pero es asi. Estos políticos de hoy en día casi no aportan nada bueno a este Estado, y ni hablar de la sociedad… bueno, ni los de este Estado ni los de ningún Estado del mundo. Si tú ves la televisión de otros países, en los programas de comedia, te das cuenta que los políticos son la misma mierda en todas partes. O sea, haciendo una versión libre del dicho: están cagados por el mismo culo. Porque como hay que ver lo hipócritas que son… ¡Mmm… que rico esta esto! Bueno, tú ves a los tipos… y a las tipas también, porque en los tiempos de mi abuelo, él me decía que por lo menos en las mujeres políticos si se podía confiar. Y yo de grande entendí eso, ¿Ves? Porque es verdad, las mujeres son más inteligentes que nosotros. ¿Por qué crees que de los barrios las que van son puras tipas a hacer las colas y bachaquear? ¡Ah! Porque las carajas con las de la inteligencia. Las mujeres lo ven todo. Todo lo observan, lo calculan, lo milimetrizan, lo cronometrizan, y ¡Sas! Se hacen de sus productos de primera necesidad. Y ellas van de voluntarias porque saben que, si mandan a los maridos que son malandros, ellos andan siempre con la nueve milímetros en el bolsillo y a la primera de cómica, la saca y… (Hace el sonido de los disparos) se raspa al que sea. ¿Y después? Nada tiene que ir para el retén a visitar a su marido, porque ese es el que la representa a ella y esas vainas. ¿Y qué tiene que ver esto con la inteligencia? Fácil: que una mujer por más marginal que sea, no le gusta eso de estar yendo a la cárcel para poder ejercer el derecho conyugal que da la cohabitación en el pecado. Es asi, por más echada pa’lante que sea una mujer, ella siempre guarda en el fondo de su ser esa Cenicienta dormida que todas quisieron ser de pequeñas. O bueno, que en algún momento se imaginaron. Eso es mentira que si el feminismo y toda esa paja. ¡No qué va! A una mujer siempre le gusta que le hablen en la pata de la oreja, o de frente, o le gusta estar bien cómoda. Y no en una cárcel. Menos ahora que eso si se puso bien rudo y como tiene que ser. No esa sinvegüensura que el centro penitenciario de aquí parecía un club recreacional. ¡Con piscina y toda vaina! Una maravilla para el público, y una vergüenza para la institucionalidad del país, te diré yo. Porque, ¿Dónde están los cojones de esos policías? No sé, los tendrían guardados en las cajas del cuarto de los locos con todos los adornos de diciembre, para sacarlos en esas fechas para adornar el arbolito de navidad, ¡Será! Porque, coño, tú eres la autoridad en ese recinto. No los presos. Pero no, como todo en este país, ellos también se las echaron al hombro… por eso estamos como estamos, porque todo el mundo se las ha echado al hombro. Es que ya no nos gusta ni trabajar… bueno, aquí nunca nos ha gustado trabajar, porque lo que estamos es pendiente de un feriado para no ir a trabajar y caerse a curda en la playa, es asi. Nojoda, y aquí que hay más feriados que caraotas en un plato venezolano… ¡Que va! Y asi somos. Pero como te decía, antes por lo menos en las mujeres políticos se podía creer, o tenerle un mínimo de confianza. Ya ni en ellas. Ahora si es verdad que todo político en el mundo es jodidamente desconfiable. (Pausa) Es que, no sé, pero los políticos han perdido como… sensacionalidad. Si. Tu sabes que antes, hace décadas, la gente no estaba pendiente de todo este peo de la política. Los que se la pasaban en esa eran los estudiantes que armaban peo de nada y por todo, ¿No? Y bueno, ya cuando crecían se olvidaban de eso o se metían a políticos. Pero al venezolano de a pie como que no le importaba eso. ¡Ah! Y los peos eran en caracas y todo allá. Y luego como que el tema se fue generalizando y se fue convirtiendo en una pústula. En una llaga social. ¡En un cáncer, diría yo! Que todo el mundo sabía de política. Tú escuchabas sobre el tema en todas partes: en la calle, en la radio, en el televisor del odontólogo, en el restaurante, en el cine, en la película que fuiste a ver al cine, ¡En todos lados! ¡En todas partes! Era como la gran orgia verbal y lingüística de la política… ¡Yo no sé qué nos pasaba! Era así. Pero ahora ni se puede nombrar el tema en una reunión. Porque te botan de esa residencia con todo y botella. “¡Te me vas pa’l carajo con tu vaina de la política!”. ¡Yo no sé! (Pausa) Pero es lo que te digo, es cosa de sensacionalidad. Yo pienso que los políticos están atravesando una crisis, como todo en este país, de sensacionalidad. Todos, todos ellos han tenido su momento en que son «EL BOOM», pero ya después se van desapareciendo como las marcas del acné. Son asi. Ahorita ya tú no escuchas ni a unos ni a otros. ¡Qué va! ¿Para qué? Yo creo que nosotros hemos comprendido que todos van a seguir con ese monopolio de «toma pa’ ti, agarro pa’ mi» y asi seguirán. Y aparte, “que la crisis”, dicen. (Pausa) ¡Que crisis, un coño! Si uno lo que anda mal es porque el dinero no alcanza para nada, y menos para darse estos gustazos de la vida. Si no fuera asi, ni bolas le paráramos a la crisis. ¡Que se vaya la luz, el agua, el gas! ¡Qué importa! ¡Andamos con plata y salud que es lo más importante! … pero no, como la vaina no da… “¡Ay, la crisis!”. ¡Nojoda, la crisis mis bolas! El país anda en crisis desde los tiempos de Gómez, y todavía seguimos en el mismo peo. Golpes de Estado y golpes de Estado, y el país aun en crisis. Esos “golpes de Estado” para mí que eran más bien “golpes de pecho”, porque los militares sacaban a uno, porque supuestamente estaba robando y subían a otro que roba más. Yo siempre he dicho que lo militares de este país tienen las bolas de adorno, por algo visten de verde… ¿Tú quieres que te diga algo? Ahora que lo pienso… los venezolanos es mucho lo que hablamos y poco lo que hacemos. Y pareciera que nos hace bien la habladera. Sí, no sé por qué, pero hablar nos sienta bien. Creo que es por falta de una cultura de la salud mental y por eso no acostumbramos a ir a los psicólogos. Perdemos un tiempo valiosísimo en puro hablar y no nos damos cuenta de las cosas importantes. No se, siempre los escritores y los estudiosos se inventan cualquier mariquera cursi; ¡Que se yo! Que si los momentos, que si la pareja, que si el perro… ¡Nojoda! Una ladilla tener un perro. Cuando son chiquitos son bonitos, pero cagan mucho. Y cuando son grandes cagan donde es y a sus horas, pero son feos… ¿Ves? ¡Qué inconformidad! Y yo digo, asi como los gurús espirituales, tú sabes, esos que se pusieron de moda una vez, hay que buscar algo que nos de placer, que nos resulte placentero. Algo que sencillamente nos de conformidad. Unos buscan el sexo ‒es lo más fácil, te vuelves loco, tiras con todo el mundo o con cualquier cosa que se mueva y ya, “experimentas” ‒, otros buscan las compras, otros… no se… buscan la religión ‒ ¡Que vaina más pavosa y perversa! ‒, y otros se meten a políticos; que es la misma vaina que meterse a religioso… ¡Y con eso si es verdad que no vamos a salir de abajo! (Pausa) Pero yo me voy por la comida… ¡Por el sentido del gusto más bien! Porque hay que ver como… ¡Mmm…! Es un placer. Es poner al máximo toda la capacidad del sentido del gusto y eso es un don con el que se nace. Y gracias a Dios que con eso del peso yo vine medio defectuoso. Menos mal. Yo tengo una enfermedad o una condición médica, que se yo, que no me deja engordar mucho. Es como nacer con el síndrome de “Out-fat” o de “Herbalife”. ¡Nunca engordo! Es una vaina que no les voy a explicar porque ya estoy cansado de repetirlo una y otra vez, pero básicamente es eso: no engordo. Y mueran de envidia mujeres, porque este cuerpecito se mantiene asi, aunque me trague una vaca entera. Entonces desde que me diagnosticaron eso, yo empecé a hacer de la comida mi placer preferido. ¡Coño, es que puedo disfrutar el comer como Dios manda y ordena en las tablas de la ley! Tanto asi, que mi esposa se la pasa arrecha, porque a veces prefiero comer que tirar con ella. Yo le digo quédate tranquila y ven a comer conmigo. Pero ella que no: “que si la grasa”, “que si el colesterol”, “que si los carbohidratos”, “que si lo otro” … ¡No! Asi no se puede vivir… eso es análogo a la crisis del venezolano. ¡Es el mismo peo! Un día de estos llegara al maltrato masculino. ¡Y eso ya existe, no es un mito! Las mujeres creen que las únicas que pueden ser maltratadas son ellas. ¿Ah? Nosotros también podemos sufrir de un coñazo que alguna de ustedes nos dé. Pero con una gran diferencia: que nos la tenemos que calar. Claro. Porque si mi esposa me golpea y yo le devuelvo el carajazo, ¿Quién va preso? Esteban del Jesús. Que perfectamente cabe mi nombre en esta explicación. Porque entre Esteban y Adriana, ¿Quién es “más vulnerable”, “más frágil”? ¡“Ella”! Porque las leyes del hombre se hicieron sin pensar en las leyes de la biología. A los que hicieron las leyes de esta sociedad se les olvido, o no lo vivieron, que hay mujeres que nacen con una fuerza que… es para ponerlas de cuarto bate, ¿Eh? Coño, hay mujeres que es preferible no buscarlas en su lado malo… ¡Yo no sufro de maltrato masculino, por si les causo curiosidad que sacara el tema a relucir! Pero si, hay hombres que son maltratados por sus mujeres, y hay que ver que hay que tener cojones para asumir una vida asi. ¡Gracias a Dios que la mía no! Adriana es una mujer bastante tranquila en realidad. Y bueno, lo único que le emputa es este placer mío por la comida. Yo la quiero hacer partícipe de esto, pero no se deja. Ella siempre me salta con su máxima: “¡Claro, como tú sufres de la vaina esa, que no aumentas ni un solo gramos de tú peso!”. Y yo le doy su parao: “¡Eh-eh-eh-eh!”. Porque, aunque no lo crean, para mí no es una enfermedad o un síndrome. Ni siquiera es una condición, no. No se… yo nací con el buen gusto de vivir… ¡Es asi, me dotaron de un buen paladar y un mal sistema endocrino! (Termina de comerse algo. Se dirige a la cocina) ¡Mmm…! Yo voy a la cocina a felicitar al chef. Cocina, estupendo, ¡Que te lo diga yo! Sinceramente, los venezolanos deberíamos enfocarnos en eso, en el buen vivir, a ver si salimos de esta crisis de mierda… (Desaparece por la puerta de la cocina).

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