creepypasta #1
Esta es la historia de Sally mi esposa, quien a la edad de 45 años está a punto de someterse a una operación muy delicada, un trasplante de corazón.
Se le diagnosticó una cardiomiopatía la cual requería de un trasplante, caso contrario su vida correría riesgo y su calidad de vida bajaría casi al mínimo. Se programó la operación 1 semana antes de su cumpleaños, nosotros queríamos que ella se encontrase mucho mejor para celebrar un año más, un año que para nosotros fue toda una lucha. Ya al terminar la operación, solo daba gracias a Dios por el corazón nuevo que tiene mi esposa y que le permitiría vivir nuevamente feliz, aunque… aunque yo ignoraba lo que más adelante sucedería.
Mi esposa salió del hospital casi 2 meses después de la operación, pero desde que tuvo esa intervención algo cambio en ella radicalmente, cuando iba a visitarla solo la encontraba con la mirada perdida en la ventana sin decirme nada, el médico me dijo que era normal con este tipo de intervenciones quirúrgicas y que le diera tiempo.
Ya en casa su comportamiento empeoro, desde comerse las uñas hasta el punto de llegar de probar su propia sangre y su carne hasta quitarse costras enormes de la operación que tuvo en el corazón, algo que nunca había imaginado en mi esposa y que cada vez me aterraba. Fue ahí donde empecé a sospechar de aquel corazón que le trasplantaron, fui al hospital a recibir información del donante y junto al doctor que también estaba inquieto con el comportamiento de mi esposa empezamos a buscar historiales de donantes y fue ahí donde encontramos el nombre de un hombre con antecedentes de esquizofrenia y cargos de asesinatos a sangre fría, es su historial policiaco decía que mato a su familia entera y trato de suicidarse pero la policía intervino, su nombre era Daniel.
Corrí desesperado a mi casa, ideas se cruzaban por mi cabeza, era evidente que algo había
ocurrido en Sally el corazón de ese asesino por alguna razón u otra transformo su comportamiento y ahora temo que pueda cometer alguna otra cosa en mi casa.
Al llegar a mi casa no vi a nadie, fue como si de una casa fantasma se trataba, llame por su nombre a Sally una y otra vez pero era inútil, parecía que se había esfumado, no entendía como pudo hacerlo con la gran cicatriz en su pecho, así que decidí ir al patio trasero.
Mi horror no se hiso esperar, estaba arrodillada frente a un perro que con sus manos que escurrían sangre daba uno y uno cuchillazo ya al destripado perro, gire un poco mi cabeza y ahí estaban 5 o 6 animales más que no podía distinguir pues estaban todos en pedacitos, y tras cada cuchillazo que daba se detenía un momento miraba a lo que quedaba del perro y daba otro golpe. Fue ahí donde todo temeroso mencione su nombre.
- ¿Sally? ¿Sally cariño que haces? ¿Estás bien? Dije.
Al ver que volteaba a verme dije: - ¿Daniel?
Volteo lentamente hasta mirarme fijamente con una mirada que parecía que te observaba hasta el alma, una mirada tan perdida y tan fría, fue ahí que escuche con una sonrisa tan tétrica en sus labios:
Necesito más corazones cariño… Sally ha muerto…