Centro Cultural de Tlatelolco, Ciudad de México

Tlatelolco fue el centro comercial más importante del México prehispánico. Su nombre en náhuatl significa montículo de arena.

Tlatelolco, ciudad gemela de México-Tenochtitlán, presentaba el mercado más importante de la región y prácticamente de Mesoamérica. En Tlatelolco se vendían un sin fin de mercancías locales como de las más lejanas comunidades, con lo que abastecía a gran parte del Valle de México.

Tlatelolco estuvo localizada en un extremo de una de las mayores islas del lago de Texcoco, próxima a Tenochtitlán. Hoy en día se conservan una serie de pirámides, templos y ruinas.

El Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, es una estructura de planta mixta, cuerpo principal de forma circular, fachada rectangular con una escalinata al frente dirigida hacia el Oriente. Éste templo conserva en su interior, ruinas de una etapa anterior de Tlatelolco, donde sobresalen los restos de un adoratorio superior.

El Templo Calendárico de Tlatelolco, tiene sus fachadas secundarias decoradas con tableros que contienen 13 glifos cada uno, los cuales corresponden a las tres primeras trecenas del calendario ritual o Tonalpohualli; inician en la fachada norte y continúan en la Este y al Sur. En 1989, en el centro de la fachada principal, se descubrió una pintura mural que representa a la pareja creadora de la cuenta del tiempo: Cipactonal y Oxomoco.

El Palacio de Tlatelolco, es un conjunto compuesto por cuatro pequeñas habitaciones, con un patio central y un altar pegado al muro Norte. Se conservan también, restos de las pilastras que conformaban un amplio portal, así como dos escalinatas de acceso divididas por un dado central decorado con clavos de tezontle.

La arquitectura del Templo de las Pinturas, presenta el modelo de talud-tablero de influencia teotihuacana, idéntico a los templos tojos de la zona arqueológica del Templo Mayor de Tenochtitlán. Su plataforma es más alta que los peldaños de la escalinata de la fachada principal, que aparece orientada al Este. Las tres fachadas restantes están decoradas con relieves que simbolizan destacados pendones a manera de singulares moños.

En 2008, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, descubrieron un complejo funerario novohispánico en el Gran Basamento de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, donde se han sacado hasta el momento 49 esqueletos, probablemente correspondientes a las víctimas de las pestes de 1545 y 1576, o de las matanzas de la conversión al cristianismo en la época de la conquista española.