Hoy fue el último día de celebración del día del médico en el Hospital Industrial de San Tomé (Edo. Anzoátegui), acudí a una charla llena de mucha motivación y entusiasmo en el auditorio del mencionado hospital, inicio la ponencia el Dr. Pedro haciendo enfásis en la verdadera labor de un médico, e hizo un llamado a los médicos residentes a dar lo mejor de si, a ser humildes y responsables en sus actos.

Otro de los ponentes fue el Dr. Alcantara, quien me sorprendio con su oportuno tema y su ejemplificación con casos prácticos, diserto sobre la “Actitud o Aptitud”, planteo varias historias, entre las cuales me llamo mucho la atención la primera de ellas, una leyenda escocesa que deja de manifiesto como un rey a pesar de estar vencido insiste una y otra vez por recuperar sus tierras y obtiene una gran enseñanza mientras esta inmerso en el bosque que lo impulsa a no darse por vencido y persevar en su objetivo que era ganar la carrera (En el post parte II, les dejo la historia).

Finalmente la Dra. Narcifran, con su personalidad cautivo al público con su alegría y su manera jocosa al plantear el tema de la musicoterapia aplicada en la medicina, hizo una analogía con un video que presento donde en una plaza mayor van asomándose músicos uno a uno con sus instrumentos ejecutando el Himno de la Alegría, en la medida que se van incorporando, se pone de manifiesto la importancia que tienen cada uno de los integrantes, al ir dando poco a poco fuerza a la obra, al unirse toda la orquesta como un todo, es donde se aprecia el trabajo en equipo, el director indiscutiblemente con su rol es quien marca el tiempo a los músicos contribuyendo a que la obra se ejecute en tiempo y espacio perfecto.

Hoy fue un día diferente, relajado, ameno, agradable, y aún cuando no soy médico, me senti grata al estar rodeada de personas con un alto grado de sensibilidad, recordandose para lo que fueron formados, y luchando por enseñar a la generación de relevo que son más que un título, que son seres humanos nacidos para servir a sus pacientes, porque indiscutiblemente es una profesión de amor hacia el prójimo.

No podía faltar la música acompañada con el baile, todo termino en una espectacular bailoterapia dirigida por el archi conocido Rubén Darío quien con su técnica y entusiasmo puso a todos a bailar como si nadie nos estuviera viendo jajajajajajaja.

Gracia por leerme!
Y.V