Joyas del Cómic: Lobo 28
Hablando sobre mi amigo... En 1996 el tenía 12 años, vivía en DF con su madre y hermanos en casa del abuelo, su mamá hacia el super en el Wal Mart de la plaza Toreo, al lado había un centro comercial en el cual estaba instalada la sucursal mas pequeña de ComiCastle de la ciudad. El nunca había oído hablar de ella, es mas nunca había estado en una tienda exclusiva de comics en su vida. En esa época la mayoría de las cosas se conseguían en Sanborns y pues distaba mucho de las tiendas gringas que veía en películas y otros comics. Me cuenta él que nunca olvidará esa tarde que entró por primera vez, debió haber estado babeando con las pupilas dilatadas, recuerda todo tapizado de posters de todo tipo de personajes, sobresaliendo de todos ellos el Poster de la Película The Crow que estaba en el mostrador, era tan imponente, sentías la mirada d Brandon Lee mientras contabas tus centavos para terminar de concretar una escuálida compra. Su mamá se debió de haber conmovido por su reacción por que logró que le aplicara el "Puedes escoger uno" y ahí empezó el problema, había tantos comics en esa tienda, de tantos títulos, de tantos personajes que no habría acabado de leerlos aunque se hubiera seguido desde ese día hasta hoy. Obviamente su madre no quería que se tardará así que de una manera espontánea, miró la mesa, que después supo que era donde ponían lo mas nuevo cada mes, una copia de Lobo 28, lo lleve al mostrador antes de que su mamá se arrepintiera y ya en el coche camino a casa, lo pudo ojear con mas detenimiento y la manera tan gráfica en que plasmaban la violencia y el humor acido lo dejó atónito. Lobo era ñero, vulgar, políticamente incorrecto, mucho mas atractivo para un adolescente que le gustaba Mortal Kombat y Beavis y butthead. Lobo abrió su amor hacia los comics tradicionales, los de superheroes que salen cada mes, le enseño a valorar escritores y agudizar su gusto por los diferentes artistas que lo usaron, Simon Bisley siempre será su favorito.