Perdida

22/08/2018

Déjame llamar miseria a lo que vivo hoy en día sin temor alguno, estoy tirada en el piso de mi casa, o la que era mi casa, he perdido absolutamente todo, no lo material, me he perdido a mí, completamente, siento que soy incapaz de sostener un poco más esta situación que me está llevando a la locura, mas balanceado esta un paciente psiquiátrico de lo que lo estoy yo, ¿será que debería acudir a uno?, no, definitivamente no, no quiero mantenerme drogada para no pensar.

Mis cosas están empacadas en solo 2 maletas, 20 años de vida en dos maletas y una cartera con documentos, muchas veces decidimos que queremos comenzar desde cero, eso es lo que yo haré, un país desconocido, con personas desconocidas, quiero acabar con este dolor.

Dios se apiade de mí.

Mi madre no tiene ni idea de que me voy, le he dejado una carta en su cartera hace dos días cuando me la lleve a almorzar conmigo, para mí fue la despedida perfecta, ella estaba alegre, incluso feliz, con ese recuerdo agarro mis maletas y estoy lista para emprender mi viaje.

Llamare este el viaje del encuentro, pasare por diversos países hasta conseguir uno que me haga sentir bien, he decidido que no me quedare en las grandes ciudades, me veo viviendo en un pequeño pueblo con pocos habitantes que se respire el aire puro, pero eso si no me imagino viviendo en una granja, eso es lo único tachado en mi lista; estoy en el terminal de pasajeros lista para emprender mi viaje, mi corazón late a 120 latidos por minutos, me ha delatado el miedo tan gigante que tengo dentro de mí, en mis veinte años de vida nunca he hecho nada por mí, nunca, empecé a trabajar a los 15 para ayudar a mi mamá, a los 16 me gradué de la secundaria, hace dos semanas me gradué de licenciada en enfermería, y antes que pregunten, no, no pienso estudiar medicina, yo no pretendo estudiar la enfermedad, mi labor es cuidar del que la padece y protegerlo a toda costa, odio a ese tipo de personas que piensas que mi carrera es mediocre porque los médicos pasan 36 horas de guardia, adivina quién está junto a ellos, ¡acertaste! ¡Yo!

Mi mamá fue la primera persona que me dijo “pero hija, estudia medicina, es mejor que enfermería”, ese día me fui de mi casa, a la capital a estudiar mi carrera soñada, eso se podría decir que es mi único sueño acertado de resto, puras confusiones, felicidades de un día, incluso tuve amores que pensé que serían el amor de mi vida, y a la semana estaba aburrida, así que el problema realmente soy yo.

Este es mi diario, esta es mi historia, este es mi inicio, este es el camino de encontrar a la yo perdida en algún lugar del mundo.

Fuente