^{Éste es un relato que escribí y con el que participé en un concurso de micro-relatos de ciencia ficción de @trenz. No recibí ningún reconocimiento, pero a mí me parece bueno así que lo comparto.}

Susan se levantó de mañana, desayunó y se fue a la oficina. Salió al anochecer. En la estación del metro, una mujer mayor corrió hacía ella, con gran desesperación. Parecía sufrir un dolor insoportable. Le dijo algo que Susan no entendió y, sin motivo aparente, murió. Susan lloró amargamente la muerte de su madre...

Cuando Susan cumplió cincuenta años, su hija Grace tenía veintidós.
Cierto día, Grace se levantó, desayunó y se fue a trabajar. Esa mañana, en su casa, Susan limpiaría el sótano, al que no había entrado en mucho tiempo. Empezó a recorrerlo moviendo cosas viejas hasta que notó una irregularidad en el suelo que nunca había visto. Cuando se acercó, pisó y cayó en un lugar profundo donde vio un raro artefacto que parecía muy antiguo. La máquina empezó a proyectar en su mente el recuerdo de la muerte de su madre a los cincuenta años. Luego se paralizó al ver la escena de la muerte de su abuela, también a los cincuenta, en la estación del metro, y exactamente de la misma manera en que murió su madre. Impactada, huyó de aquel lugar. Telefoneó a su hija. No contestó. Sentía un creciente dolor. Subió al auto y se dirigió a la estación del metro donde estaba Grace. Ya había oscurecido. Bajó del auto, corrió hacia la estación, vio a Grace. El dolor se había vuelto insoportable. Corrió hacia ella con gran desesperación, le dijo todo lo que había visto, aunque Grace no entendió por la exaltación de su voz, y murió.