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Te extraño

Cúmulos de nubes grises se aglomeraron
en el cielo a esa hora de la lánguida tarde.
Se asomó la lluvia en la avenida
y permeó el asfalto convirtiéndolo en río.

Tuve que apresurarme entonces
y crucé entre la roca y la tercera.
Saqué y encendí un cigarrillo
con su acostumbrado sabor a desayuno.

En la esquina paralela escuché una melodía.
Era inconfundible lo que escuchaba.
La letra declama al amor de mi vida
que me ha herido con la filosa distancia.

Recordé cuando me dedicaba esas canciones
durante conversaciones que desvelaban.
Se han hecho escasos esos momentos
y luce lejano finalmente encontrarte.

El refugio de un conveniente techo tejado
me permitió aguardar, con ansias calmadas,
con la mente sumida en el hecho inexorable
de que simplemente te extraño demasiado.

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Espinas

Corría alegre entre los rosales
con los pies descalzos por su inocencia
exhibiendo sus bellezas naturales.
No se percataba de su imprudencia.

Claramente ostentaba gran fortuna
habitando en tan hermoso paisaje.
Asombrada, la saludó la luna
cuando cayó la noche en el paraje.

"¡Niña insulsa!", exclamó al mirarla.
"¿Acaso no veis que podéis ser herida?",
pero aunque intentó aconsejarla
su sabia advertencia fue desoída.

Mientras ella regresaba a su hogar
un mal paso la hizo pisar un tallo.
Las espinas se le hincaron al rasgar
y el dolor la desplomó en encallo.

La angustia se hizo irremediable
mientras la luna intentó dar consuelo
a la pobre señorita adorable
que se quejaba llorando en el suelo:

"Las espinas nunca te hieren de muerte,
pero tiene costo de sangre sacarlas.
Si lo intentas el dolor será fuerte
pero breve, y es eterno al dejarlas".

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Lágrima de otoño

Se cruzan y conectan los caminos
en el templado clima de otoño.
La casa vieja en la cima del monte
Pintada de un azul intenso
mira el vivir del bosque
sedado por el arribo de la niebla.
Las hojas acompañan el matiz
del intenso naranja del cielo.
La canción del invierno ya es audible
y los antiguos guerreros aguardan
para contar sus historias de nuevo.
Tanto esfuerzo no será en vano
aunque ardan fogatas de guerra.
Espero ver al fin la primavera
y la abundancia perdida en antaño.
Caen lágrimas al recordar sus nombres
y entonar un himno como promesa.