El palabrero
Caminando detrás del lazarillo, en medio de la sabana árida, Sergio lleva la luz de sus ojos ciegos con las palabras, es un pütshipú o como lo conocemos en español: un palabrero, un portador de la paz, una lluvia en el desierto.
El pütshipú es un wayuú que se teje en los relatos de su pueblo. Camina por los playones de la Alta Guajira con historias, leyendas y fábulas que le sirven como herramientas para la transformación de los conflictos. Un Hombre con la memoria de su gente “al hombro”. Un mediador que se mantiene neutral en la escucha de ofensas, intimidaciones y provocaciones.
Los wayuú tienen un sentido colectivo del beneficio y del daño, encaminado a preservar la unidad de la familia. Si alguien cocina un chivo el banquete es para todos, y si se enferma, todos tienen que ayudarlo a costear la enfermedad. En grupo deben pagar, además, las faltas graves de sus miembros que pongan en peligro la convivencia del clan con el resto de la sociedad. Que cada persona aporte lo necesario a la causa común del grupo, para que le resulte más fácil llegar vivo a la otra orilla del río
Ni siquiera cuando hay una muerte de por medio los dolientes pueden saltarse este ritual de conciliación para buscar la venganza directa. La compensación es proporcional al tamaño de la afrenta y a la posición social de la familia afectada. Se cobra por las calumnias, por los golpes físicos, por las imprudencias de borracho, por el hurto, por las ofensas verbales y por el homicidio. El pago se efectúa en dinero o con tierra y ganado. El palabrero no exige honorarios por su trabajo, pero el grupo que lo buscó le obsequia un porcentaje de la indemnización.
Después dice que no se cansa de agradecer el poder transformador de la palabra. Una palabra bien dicha desarma al enemigo, acerca al que se encuentra lejos, abre las puertas clausuradas, alegra al que está triste y apaga los incendios alevosos. En cambio cuando pronuncias una palabra altanera, las palomas se vuelven halcones, los ríos se salen de madre, los mares se enfurecen y hasta el problema más inútil adquiere de repente la fuerza suficiente para destruirte.
La existencia del pütshipú es explicable porque en la cultura wayúu la palabra es ley sagrada, que no se lleva el viento y después dicha no se puede recoger, adquiere sentido de permanencia, así que siempre es bienvenido quien sabe calmar los ánimos y ostenta una autoridad indiscutible: tiene las llaves de la vida y de la muerte.
✅ @chiconel, congratulations on making your first post! I gave you an upvote!
Please give me a follow and take a moment to read this post regarding commenting and spam.
(tl;dr - if you spam, you will be flagged!)
The photograph is from my documentary "Sergio el putshipú (the palabrero)" which is a summary version of another documentary of mine.