10 formas sencillas de preparar tus hierbas medicinales y aprovechar al máximo sus beneficios
¿Sabias que el ser humano logró desarrollar las mejores preparaciones medicinales usando las plantas que tenía a su alcance?¿Piensas que ésta es una tarea propia de los miembros de una tribu del Amazonas o de un científico holandés? Te equivocas. Anímate a hacer este recorrido donde descubrirás 10 maneras sencillas de obtener tus mejores preparados de plantas medicinales con ingredientes que están al alcance de tus manos.
LA INFUSIÓN
Es una forma sencilla de aprovechar las propiedades de las plantas medicinales. Podemos realizar infusiones de dos maneras:
Infusión en frío:
🗸Colocas la hierba medicinal elegida en un recipiente y añades agua al tiempo.
🗸Tapas y dejas reposar durante 8 horas o toda la noche.
🗸Pasado este tiempo, cuelas y se puede endulzar con Stevia, syrope de agave, panela o canela. También puedes agregar unas gotitas de limón.
ATENCIÓN: NO LO HAGAS: una infusión caliente y luego ponerla en el refrigerador. Esto hace que las hierbas medicinales se oxiden y pierdan su sabor original.
Infusión caliente:
🗸Pones en una taza la hierba medicinal elegida y calientas el agua hasta antes de que hierva.
🗸Agregas el agua a la taza, colocas una tapa y dejas reposar unos minutos. De esta manera lograrás que no se evaporen los aceites esenciales y los principios activos de la hierba medicinal.
NUNCA debes usar el horno microondas para calentar el agua…
Sea una infusión fría o caliente, necesitaremos:
1 cucharadita o 5gr. de hierbas medicinales por cada taza de agua (200 ml)
Si las hojas son frescas, duplica la cantidad. (10gr.)
Si agregas varias hierbas medicinales a tu preparación, se llama TISANA.
Un proceso parecido es el de MACERACIÓN que consiste en sumergir una planta en aceite, agua o alcohol para extraer los principios activos de la misma. Para ello debes sumergirla durante un tiempo considerable que puede variar entre 6 horas a semanas o meses. Es importante tener en cuenta que el recipiente en donde se coloca nuestro preparado debe estar cerrado y lejos del contacto con la luz solar.
En general para obtener una maceración necesitamos:
20 partes de líquido por una de planta. Esto equivale a que 50 gr de planta se diluyen en un litro de agua.
Un ejemplo cotidiano de maceración en aceite, es el aceite de hierbas aromáticas (romero) para añadir aromas a los aceites que se usan para cocinar.
Seguramente habrás probado una de las maceraciones en agua más frecuente: las ciruelas secas o chía que se dejan toda una noche en un vaso de agua para extraer la fibra soluble que queda disuelta en el agua.
Es muy importante recordar que conviene consumir o utilizar las maceraciones en agua al poco tiempo de ser preparadas ya que el agua puede desarrollar bacterias y deteriorar el producto. Consérvalas en el refrigerador para mayor seguridad.
¿Es posible realizar una maceración en caliente? Claro que sí. Para ello debes sumergir la planta en un recipiente y éste debe estar a una temperatura constante mayor que al medio ambiente.
Pero ¡CUIDADO! El exceso de calor podría causar la pérdida de los principios activos de la planta.
Ahora bien, mi querido yerbatero, mi querida yerbatera, ¿qué ocurre si pones una planta, tallo, corteza o semilla en agua y hierve a fuego lento por un tiempo? Entonces obtienes una DE - COC - CIÓN, si, decocción. El objetivo de este proceso es que el líquido se reduzca en una tercera parte, lo cual ocurre después de 20 o 30 minutos. Luego, se deja reposar 10 minutos aproximadamente y ya se puede consumir.
Si sufres de piedras en los riñones, prueba con una decocción de Cola de Caballo que tiene un enorme valor depurativo.
O simplemente alivia un resfriado con una decocción de raíz de regaliz.
Ahora que ya sabes como preparar una infusión, una maceración y una decocción… prueba agregarle miel y ¿qué ocurre entonces? Pues, un JARABE casero. ¿Así sin más? Bueno tendrás en cuenta algunas consideraciones:
Sólo necesitas el 50% del líquido resultante de una infusión o decocción para realizar un jarabe. En una olla calienta el líquido con medio kilo de miel (o azúcar) revolviendo siempre hasta que los ingredientes queden bien mezclados.Ç
¿Probaste alguna vez el jarabe para la tos de cebolla y miel? Es muy eficaz y se obtiene de dejar una cebolla macerando en unos 50 ml de miel toda la noche.
De nuevo, ¡RECUERDA! Los jarabes caseros se consumen dentro de los tres días siguientes a su fabricación para evitar una intoxicación. Y siempre debes conservar en frío.
Otra manera muy gratificante de aprovechar al máximo las propiedades de las plantas medicinales es mediante la realización de un EXTRACTO o TINTURA.
Las tinturas se obtienen macerando la materia vegetal en alcohol. Los extractos pueden obtenerse por maceración en alcohol, en agua y alcohol o en agua y glicerina.
La graduación de alcohol variará según el principio activo que queramos extraer (aceites esenciales, taninos, mucílagos, azúcares, etc.) y la parte de la planta que vayamos a utilizar.
La proporción de planta y disolvente es de 1:5. O sea que si tienes 50 gr hojas frescas necesitas 250 ml de disolvente, es decir alcohol al 70%.
Estos son los pasos que deberás seguir para lograr un extracto hidroalcohólico:
🗸Primeramente, esterilizas el recipiente a utilizar y lavas bien las hojas de la planta.
🗸Pesas las hojas disponibles y calculas la cantidad de disolvente que vas a necesitar. Luego lo preparas.
🗸Dejas reposar la mezcla en el recipiente (herméticamente cerrado) durante aproximadamente un mes. De vez en cuando, se revuelve la preparación.
🗸Después cuelas la mezcla con un filtro de papel de cafetera. Las hojas se exprimen al máximo para sacar la mayor cantidad de jugo posible.
🗸Nuevamente dejas reposar 12 horas y vuelves a filtrar.
Esta preparación se guarda en un frasco de cristal en un lugar oscuro y puede durar hasta un año.
Un extracto muy útil en la cocina es el de menta. Para este extracto se usa alcohol de buena calidad APTO PARA CONSUMO o Vodka. Es ideal para perfumar budines, chocolates, galletitas, cremas, etc. Inclusive es muy bueno para perfumar jabones caseros.
¿Sabías que las plantas medicinales no solo se ingieren? También puedes hacer uso de ellas sobre tu cuerpo, ya sea como medicamento o cosmética natural, ¡Genial! ¿No?
Vamos ahora con 5 preparados muy fáciles de lograr de uso externo.
Los ACEITES MEDICINALES son preparaciones donde los principios activos de una o más plantas se disuelven en aceite (generalmente de oliva puro) para facilitar su aplicación y su absorción por el organismo.
Puedes hacer tu preparación en caliente, siguiendo estos sencillos pasos.
- Se agregan 250 gr de la hierba seca o 750 gr de la hierba fresca por cada 500 ml de aceite.
- Se ponen el aceite y la hierba en un recipiente de cristal y se calienta a baño-maría alrededor de 3 horas.
- Se cuela la mezcla a través de un filtro (para gelatina).
- Se guarda el líquido en botellas limpias y herméticas.
O bien prepara tus aceites en frío.
- Se llena un frasco de vidrio con la hierba bien apretada y se cubre por completo de aceite (prensado en frío). Se tapa bien y se deja en una ventana asoleada durante 2-3 semanas.
- Se vierte la mezcla a través de un filtro (para gelatina).
- Se escurre el aceite apretando la bolsa de filtrar que contiene la mezcla.
- Al cabo de una semana se vuelve a filtrar y se almacena.
Mira qué fácil resulta preparar tu propia POMADA o UNGÜENTO en casa.
Estos preparados semisólidos tienen una consistencia cremosa que permite untar más fácilmente la piel en las partes afectadas. Se puede utilizar como base manteca de coco, de carite, mezclando con extracto o jugo de planta.
Para lograr tu pomada debes:
Disolver la grasa en el baño maría. Aparte, en un recipiente, también en baño maría, colocar la planta con un poco de aceite vegetal y hacer hervir un momento a fuego lento, removiendo. Retirar del fuego, filtrar con una tela fina y añadir a la vaselina o manteca derretida. Se mezcla bien, utilizando una cuchara de madera, hasta lograr un producto semisólido que se pone en un recipiente de boca ancha y tapado. Recuerda siempre rotular tus envases para identificarlos fácilmente.
Otra forma de usar las plantas medicinales es en una COMPRESA, que es un paño húmedo que se aplica sobre la piel.
Puedes hacerlas en frío o en caliente, dependiendo del efecto deseado.
Se hace una cocción de la hierba elegida, luego se la deja enfriar (o también puede mantenerse caliente). Se sumerge en la preparación un paño limpio que luego se exprime y se coloca en el lugar del cuerpo afectado.
Cuando uses compresas calientes, éstas se cambian en el momento en que se enfrían.
Las compresas se aplican generalmente para madurar abscesos, curar infecciones externas, descongestionar inflamaciones y, en general, aliviar problemas de la piel.
Al igual que las compresas, el CATAPLASMA se ha usado desde tiempos inmemoriales para tratar dolencias de la piel, dolores traumatológicos, para acelerar la cicatrización, aliviar la congestión bronquial, tratar un resfriado entre otras afecciones. Te estarás preguntando, ¿Qué es un Cataplasma? ¡Muy simple! Es una pasta que se coloca entre dos gasas y luego se aplica sobre el lugar del cuerpo afectado.
Para hacer un cataplasma casero necesitas elegir la hierba medicinal según la dolencia que tengas. Luego, reúne el resto de los ingredientes: agua caliente o vinagre para desinfectar, harina de trigo o de maíz, un paño o gasa y papel plástico.
Importante: Recuerda limpiar bien la zona a tratar.
Y aquí los pasos….
Comenzamos machacando la planta en un mortero. Cuando ya tengas una pasta homogénea, añade un poco de agua caliente para que aumente de tamaño y adquiera la consistencia deseada.
A continuación, incluye a la mezcla unas cucharadas de harina, lo que conseguirá que el Cataplasma sea mucho más fácil de aplicar.
Debemos colocar la pasta resultante en un paño húmedo y caliente, que ayudará a abrir los poros y desinfectar la zona afectada. Para que el contenido no se salga, dobla y enrolla los extremos.
Finalmente, cubre el cataplasma con un papel de plástico para que se quede perfectamente fijado a la zona. Después, deja que actúe durante 15 minutos, aproximadamente.
Las hierbas también se aplican en forma externa con buenos resultados, en forma de BAÑOS. Ya sean baños calientes, baños fríos o baños de vapor, entre otros.
Hacer un baño es muy sencillo: preparas una infusión con las hierbas, con agua suficiente para que te puedas bañar completamente, esperas a que el agua esté tibia, y después del baño normal, te enjuagas desde el cuello hacia abajo, con el agua de la infusión, esperas que se seque y listo.
Ahora sí …ya no tienes más excusas. Nada puede impedir que realices tus propias preparaciones desde casa.
¡Comienza ya a cultivar tus propias plantas medicinales!
Deja tus comentarios y cuéntanos tus propias experiencias.
¡Hasta la próxima!