No te pares hasta que lo consigas…¿no?
Uno de los grandes mitos de un estilo de vida viajero, deslocalizado y libre es que te dicen que tienes que tener un plan, aferrarte a él y (he aquí el mito) “no parar nunca hasta lograrlo”.
Eso, al menos para mí, no es tan cierto.
Porque sinceramente, yo lo tengo bien claro: si tengo un plan, sé a dónde quiero llegar y voy por el camino correcto, puedo perfectamente permitirme una o varias paradas.
Lo temerario es salir a buscar tu camino sin tener ni idea de a dónde quieres llegar. La locura es no sentarse y trazar un plan mínimo para determinar cómo vas a llegar a los puntos intermedios de tu camino. Lo tonto es pensar que sin saber a dónde ir, vas a llegar.
No hace falta que sepas ahora mismo cuál es tu plan mayor. Yo tengo una vaga idea de lo que espero de los próximos 20 años de mi vida. Pero ni idea de cómo será exactamente ni cómo llegará.
Bueno, no es tan correcto eso. Conozco los puntos intermedios a corto plazo, los cuales creo que me llevarán a donde aspiro llegar. Pero no lo sé con certeza
¿Por qué no lo sé? Porque me conozco, se me va fácilmente “la pinza”, descubro nuevos retos, nuevos proyectos y me desvío del camino. Yo soy así. Quizás tú no. Pero da igual, cada uno de nosotros dará con su fórmula mágica.
Y si crees que tú no conoces la tuya aún, no te preocupes, solo planifica el próximo paso, mirando al mes que viene, o a final de año. Según avances, descubrirás los siguientes pasos.
A la vez que vas descubriendo nuevos pasos, disfruta de la parada; disfruta de lo logrado hasta ahora. Descansa y a la vez prepárate para el siguiente paso.
En cierta manera sí es un “no pares nunca”, ya que siempre tendrás en mente el siguiente paso, pero disfrutando de lo que haces y tienes ahora.
Porque una cosa te puedo garantizar tras muchos años de turista perpetuo: si te despistas, te quedas anclado en solo pensar en el futuro, olvidándote completamente del presente. Y cada cosa que descubras en tu nuevo estilo de vida, es solo una vez, la primera vez ;-)