Muerte y Resurrección (Parte 6)

.6. Estos autobuses son naves espaciales.

A las 8:05 pm llegó la unidad 2265 de Concorde con destino Bogotá, un Marcopolo Paradiso 1200 Buscama. Un trayecto de 16 horas que lo haría en un autobús con tomacorrientes y WiFi. En eso Javier me pasa una foto de las butacas de un bus de la compañía Omega ¡TV en la parte trasera de cada butaca!, como en un avión, una nave espacial.

Mi asiento era el número 23, a mi lado: un merideño con ascendencia ecuatoriana, Jaime es su nombre. Su rumbo es la tierra de su madre, sin pasaporte como muchos otros en ese autobús (para mi sorpresa hicieron un conteo de personas sin pasaporte en la unidad) ¿Las razones? Las conocemos de sobra. EL merideño va en busca de la nacionalidad ecuatoriana, iba con otros compañeros que partieron en otros autobuses y se encontrará en Bogotá para seguir a Rumichaca (ciudad nueva en mi vocabulario, la escuché hasta el cansancio en la frontera, ya que es el enlace para los migrantes que siguen hacia el sur). Deja a su esposa e hijos para buscar algo mejor. Vivir de la agricultura ya no da...

Es la primera noche que duermo más y mejor desde el sábado antes de salir de Venezuela. Supongo que será el cansancio, a pesar de las náuseas. Las primeras horas estuvieron plagadas de curvas y pendientes. Después, el paisaje matutino se llenó de imágenes que me recordaron el páramo merideño, montañas como las de El Jarillo (que ya no lo recuerdo sino por fotos), bosques de pino, valles y estoy casi seguro que vi frailejones.