Para nadie es secreto la difícil situación que atraviesa Venezuela hoy en día. Sobre todo si nos enfocamos en el tema de la alimentación. A pesar de que es un tema un tanto delicado he decidido hablar sobre ello por dos motivos:

Hace poco, mi amiga (Cuyo nombre también es Angélica y cómplice de muchos de mis inventos) y yo leímos un reportaje sobre la desnutrición infantil en nuestro país, donde manejaban algunas cifras sobre esto, cosa que nos impactó porque conseguir este tipo de información no siempre es muy fácil y no del todo fiable. Sin embargo, confiamos en dicho reportaje ya que la fuente era de la fundación “Cáritas de Venezuela” cuyo eslogan es "¡Ayúdanos a ayudar!" y nos encantó el hecho de pudiesen dar acceso a este tipo de información.

“Durante el año 2017 fallecieron semanalmente entre cinco y seis niños por falta de alimentación, y al menos 33% de la población infantil presentaba retardo en su crecimiento.”

Realmente preocupante, sobre todo el hecho donde en el reportaje hace mención de un daño “irreversible” en la vida de estos infantes.

Además, señala que el índice de desnutrición es mucho más elevado en niños menores de seis meses, duplicando la de los infantes mayores de dos años. Bastante fuerte, ¿No? Esto me da a entender que las madres a medida que se va desarrollando en el embarazo no pueden consumir, o mejor dicho, no tienen acceso a una dieta rica y balanceada que permita un desarrollo adecuado de la vida que llevan en su vientre; y no hablemos sobre los suplementos y fármacos necesarios durante esta etapa, de por sí, sabemos lo duro que es conseguir ciertas medicinas en nuestro país.

Dándonos a entender que muchos de los venezolanos, a pesar de no estar en situación de calle específicamente, pueden tener su vida comprometida, ya que no consumen lo suficiente entre nutrientes y carbohidratos. Según Raffalli, estas personas:

“Estarían presentando desnutrición proteica, es decir, consumen el 10% de las proteínas y menos del 40% de las calorías” Suena bastante duro, ¿Cierto?

Cuando leí esta información junto con mi amiga, no pudimos evitar preguntarnos “¿Qué podemos hacer para contribuir?” En un principio quisimos ayudar y colaborar con alguna fundación pero realmente no teníamos mucha información al respecto y no sabíamos como comenzar a buscar sobre todo esto; por lo que al final decidimos dejarlo en nuestras manos.

Así que después de muchas conversaciones con nuestra familia y discusiones sobre el tema entre nosotras, decidimos hacer realidad nuestro pequeño proyecto y tomar cartas sobre el asunto. Sabemos que quizás nuestro aporte no fue el mas grande de todos pero aún así estamos orgullosas.

Comenzamos nuestra jornada a las 8 de la mañana, recorriendo la mayor parte de Maracay, con ayuda de mi mamá @eliangel quien nos llevó a todos estos lugares, y le agradecemos muchísimo por su apoyo y compañía durante ese día, al igual que mi hermana @eliarenas, quien fue nuestra fotógrafa en la actividad.

Nuestra primera parada fue en una de las plazas ubicadas en el centro de la ciudad. Aunque en un principio debemos admitir que las cosas se nos descontroló un poco, igual pudimos manejar la situación. En esta parada nos detuvimos ya que observamos a dos señores buscando dentro de la basura algo para comer. En un principio cuando llamamos su atención para ofrecerles algo de comer estuvieron muy inseguros para acercarse, pero una vez comprobaron que lo que decíamos era cierto pudimos tener una conversación amenas con ellos, y notamos que eran personas educadas, e incluso nos ayudaron a ubicar otras personas para ofrecerles algo de comer, y nos comentaban que muchos de los niños de la zona generalmente estaban era en la tarde, lo que nos hizo pensar que quizás no íbamos a poder ofrecerles a ellos por esa razón.

Algo curioso que ocurrió justo cuando recogíamos para irnos de esta primera parada fue, que uno de los funcionarios de la Policía se nos acercó hasta el vehículo, que realmente nunca nos quedó muy claro el por qué, pero llegó preguntando a que organización pertenecíamos y cuál era el nombre, a lo que mi amiga respondió enseguida “A ninguna, amigo. Esto es algo que hacemos independiente nosotras, sin fines de lucro.” Todas nos asustamos un poco, por supuesto. Llegamos a pensar que quizás no estaría de acuerdo con la actividad o, en el peor caso, que nos llevarían detenidas por tomar fotografías o realizar la actividad: pero al final simplemente nos respondió “No, no quiero que piensen que las estoy corriendo, solo quería saber quiénes eran porque esto me parece una muy buena iniciativa y las apoyo, se están ganando la bendición de Dios.” Cabe destacar que en el momento que este funcionario se nos acercó, un señor que pasaba por el lugar observando lo que hacíamos también fue hasta el vehículo en apoyo a nosotras, diciéndole al policía que por favor no molestara que esto era por una buena causa, y además nos dio la bendición. Estamos muy agradecidas con él.

Y así transcurrió el día, entre bendiciones y las gracias, fuimos llevando nuestro pequeño aporte a esas personas que veíamos en situación de calle o que simplemente necesitaban algo de comer, porque muchas veces podemos observar que alguien está bien externamente pero internamente nunca sabremos por lo que puede estar pasando dicha persona.

Por último, me gustaría hablarles de tres de los casos que más nos impactaron en el recorrido. Encontramos un pequeño niño, llamado Enrique, quizás no pasaba de los 5 o 6 años, se encontraba bastante sucio, pero esto no fue lo que realmente nos impactó, fue el hecho de que cuando nos acercamos apenas podía moverse, hablar o siquiera vernos, estaba completamente deshidratado, acostado sobre una banca de otra de las plazas que visitamos, un lugar lleno de personas pero donde él estaba solo en un rincón acostado. Como estudiante de medicina me preocupe muchísimo, sentí miedo por el pequeño, quería ayudarlo porque se veía increíblemente desnutrido. Estuvimos un largo rato intentado hacer que comiera algo o que quizás se levantara para que pudiese ingerir algo de agua pero no lo logramos, el solo quería seguir acostado. Finalmente le dejamos a un lado su comida junto con el agua, pero a lo lejos estuvimos observándolo y después de unos minutos se escondió para comer y notamos que una de las empanadas la guardó en el bolsillo de su pequeño pantalón, a lo que pensamos que quizás tiene un hermano o lo guardó para quien se encarga de “cuidarlo.” Se nos rompió el corazón.

El segundo caso que también nos sorprendió fue un chico de unos 25 años de edad aproximadamente, que encontramos cerca de una canal en donde muchos de los vecinos de la zona colocan sus desechos, y él estaba allí, buscando algo de comer. Cuando nos acercamos parecía estar ido de sí, y se podía observar que realmente estaba en un estado de desnutrición. En un principio no nos prestó atención alguna pero insistimos y cuando volteo a vernos estaba comiendo una concha de fruta que soltó cuando le ofrecimos empanadas y agua. Nos dio las gracias y se retiró a comer.

Y finalmente, el último caso fue el de 2 señoras y una niña que encontramos buscando en un depósito de basura de una comunidad, pero ellas no se veían en estado de calle, sin embargo, tenían bebés en sus brazos mientras buscaban algo para llevar de comer a sus casas. Cuando nos acercábamos estaban a punto de irse a sus casas, así que caminamos más rápido hasta que llegamos y les ofrecimos comida. Inseguras aceptaron las empanadas y nos dedicaron una sonrisa junto a un “Muchas gracias.”

Quiero acotar que nada de esto lo hicimos con el propósito de recibir reconocimiento alguno por parte de los demás. Simplemente lo hicimos porque amamos a nuestro país y nos duele ver que nuestros hermanos pasan por situaciones como estas. Nuestro principal motivo era llevar una sonrisa y hacer un día diferente para estas personas que en un día quizás no ingieren si quiera un vaso de agua limpia.

Además, también nos encantaría inspirar a otras personas a realizar actividades similares a estas, demostrando que no necesitas montones de personas, formar parte de una organización gigante o contar con montañas de comida para realizarlo, recuerden que no importa que tan pequeño sea el aporte, igual será apreciado y agradecido. Créanme que no hay nada más hermoso y satisfactorio que recibir las gracias y bendiciones de las personas, no sólo de aquellas que ayudas, también de aquellas que observan la actividad.

Para finalizar el post me encantaría agradecer a mi amiga nuevamente por formar parte de algo tan bello, a mi hermana por darnos ánimo y ofrecernos su ayuda, a la Sra. Adriana (mamá de mi amiga) y a mi mamá por apoyarnos en nuestras ideas, a cada una de las personas que apoyan mis post en Steemit porque pude destinar una parte del dinero que he ganado en la plataforma para llevar a cabo esta actividad, y por último a Dios por permitir que todo saliera bien y justo como lo planeamos, por iluminar nuestras vidas y mentes.