Decir Adiós: Les cuento mi experiencia
Hoy quisiera compartir con ustedes un tema muy importante y reciente para mí:
Las despedidas.
He decido tocar este tema, al darme cuenta que el proceso de decir Adiós a objetos, emociones y especialmente a personas muy cercanas a mí me ha resultado un tanto difícil, ademas de muy emocional.
En las siguientes lineas quise asumir algo de libertad y relatar mi experiencia y como vivo el Adiós, por lo que esto es mas que terapéutico para mi.
Las despedidas
Decir adiós nunca es un proceso sencillo, es un proceso de perdida más o menos intenso, dependiendo del vínculo emocional que se tenga con él, ella o con eso, porque la verdad es que una parte de mi se ha ido también. Y esta vivencia me ha llevado a preguntarme ¿Por qué? ¿Por cuánto tiempo será? ¿Sera todo diferente? ¿Nos olvidaremos? ¿Seré luego la misma persona para ese otro/a?. En mi caso experimento todas esas preguntas acompañas de una sensación de miedo intenso.
Después de esto, vivo el estrés y caos interno, hasta el punto de no sentirme bien en mi, ni conmigo, ¿No les ha pasado?
El largo abrazo
Para dales un poco de contexto, me atreveré a hablar de mi experiencia personal:
Uno de mis grandes amigos ha emigrado de mi país hace algún tiempo, aun así, hemos mantenido gran contacto y esta semana ha decidido venir de visita, ¡Vaya noticia!
Así que tuve la oportunidad de reencontrarme con él, ponernos al día, conversar sobre tantas cosas, dar un paseo y me di cuenta que seguimos siendo los mismos amigos de la adolescencia.
Después de este gran encuentro, vino el momento difícil: el largo abrazo y el adiós.
A partir de allí, hubo una revolución y movimiento de emociones en mí, bastante intensas, traté de obsérvalas y contemplarlas, era una sensación de vacío interno y una nostalgia que me embargaba y me dije a mi misma ¡Hey, esta es la sensación de pérdida, déjala ser, déjala estar! Y a raíz de esto me doy cuenta ¿Cuántas veces me he negado sentir estas sensaciones? ¿Cuántas despedidas siguen por ahí, danzando en mi ser sin ser vividas? Este ha sido para mi gran “darme cuenta”.
Por ello, quisiera compartir con ustedes, ciertos elementos de mi proceso terapéutico que durante este momento me han ayudado:
Esto está ocurriendo ahora, respeto que esto está ocurriendo, respeto mis limites, mis expresiones y puedo decirme a mí misma
¡Esta bien sentirme así, porque esto también va a pasar!
Darme el permiso de sentir.
Permiso de sentirme vulnerable por algún momento, sentirme triste y temerosa si eso es lo que aparece, porque esa es mi emoción.
Tomar consciencia de cómo vivo el proceso emocional a través de mi cuerpo.
Atender y reconocer si aparece algún nuevo dolor, sensación o si experimento mi ambiente de otra manera. Mi cuerpo también tiene oportunidad de hablar y sentir sobre mi proceso.
A todo ello, agregar el permitirme hablar de mi experiencia, tal y como lo he hecho a través de estas líneas.
Finalmente, agradecer, agradecer por la experiencia vivida, y la oportunidad de expresarla y ser leída por todxs ustedes.
Esto ha sido parte de mi proceso, no digo que sea una fórmula mágica, aun así
¿A quién le hace daño sentir lo que realmente siente?
Te invito a hacerlo.
Gratitud.
Sentir no causa daño, o no debería.. Un abrazo @elainem, muy buena publicación :)
Es dejar sentir y dejarse sentir. Gracias a ti.