Esta es mi historia

Enero de 2002 mi madre me dio a luz, ella me da un beso en la frente y los doctores le preguntan ¿como lo vas a llamar? Adrián de Jesús. Nací rodeado de una familia muy unida, pero con la que más me apegue fue a la familia de mi mamá, rodeao de 4 tías, 6 primas, un primo y mi hermano. Con ellos compartí mi infancia y parte de mi adolescencia en ciudad Guayana Venezuela, una ciudad ubicada al sur del país en el estado Bolívar, rodeada de agua, ciudad Guayana parece una isla con paisajes tropicales que exitan la mirada.

Viví una infancia felíz, a pesar que no tenía lujos y no vivía en una mancion. Tenía un padre que a pesar que no era ingeniero o doctor el me enseñó responsabilidad y a no ser igual que el "educativamente hablando"; tenía una madre que era muy estricta, pero preocupada por sus dos hijos, la única meta de mis padres fue que sus hijos fueran profesionales en lo que ellos querían.

Yo era un niño que me gusta mucho jugar y flojo para estudiar, pero mi conciencia me obligaba hacerlo, algo me decia que hay estaba mi futuro. Mis tías siempre me preguntaban ¿que quieres ser cuando seas grande? Yo decía quería ser ingeniero, abogado, doctor o policía, pero a los 7 años descubrí que mi pasión era el beisbol, en Venezuela el deporte más famoso es el beisbol y mi equipo favorito son los gloriosos Leones de Caracas. Siempre fastidiaba a mi papá y a mi mamá diciendoles que quería entrar en una escuela de beisbol pero ellos me decían que no porque mi papá estaba desempleado y en esos mimentos sólo se dedicaba a ser taxista. Siempre vivía fantaciando que era pelotero profesional y que metía muchos jonrones, y siempre le decía a mis amigos que yo iba a ser jugador de los leones de caracas, pero cuando jugaba con mis amigos en la calle yo era el peor jugador. Yo estudiaba de tarde en la primera y al lado de mi escuela quedaba la escuela de beisbol, yo me quedaba viendo a los niños y decía en mi mente, algún día yo estaré jugando con ustedes.

En el año que me gradué de la primaria mi papá me inscribió en la escuela de beisbol bravos de Ines Romero, yo estaba súper contento pero la cara de mi papá y la de mi mamá no era la misma que yo tenia, ellos siempre me decían que yo no iba a conseguir futuro en el beisbol y que debía dedicarme a estudiar. Yo empeze a entrenar y me convertí en uno de los mejores jugadores, tanto así que el profesor habló con mi mamá para yo entrenar en su academia con jugadores de más nivel. En esos momentos yo estudiaba en primer año de bachillerato y yo tenia amistades que me decian para salirnos de clase, yo lo asía para agradables a ellos pero no me daba cuenta que cometia un error. Siempre venía cansado de entrenar a mi casa y me estaba esperando la tarea de el colegio, yo tenia un amigo que estudiaba conmigo y el cuando llegaba de entrenar su mamá le tenía la tarea lista y el solo se ponía a estudiar para los exámenes, y cuando llegaba un sábado o domingo sus padres iván a verlo jugar. mís padres eran todo lo contrario, nunca me fueron a ver jugar en un partido. Un domingo en un juego ibamos perdiendo y el entrenador me dió la pelota para lanzar, yo nunca había pinchado pero lo hice tan bien que ponche a los dos primeros jugadores, en el último bateador las personas gritaban mi nombre, VAMOSSS ADRIANNN!!!, En ese momento sentí que mi vida iba a cambiar.

Al poco tiempo mi mamá fue al liceo y me vio fuera de clases, y me dijo te espero en la casa, al llegar sólo me gritaba: tu nunca vas hacer beisbolista porque tú eres una mierda y ni sirves para nada, tu naciste pobre y así te vas a quedar. En ese momento mi alma se partió en pedasos y deje de ver a mi mamá cómo mi santa y la persona que yo más quería en este mundo. Yo todo los días venía de el liceo y sólo escuchaba a mi papá y a mi mamá decir que yo no iba a servir para nada, por eso hoy a mis 17 años mi papá y mi mamá se convirtieron en mis peores enemigos, y mi 5 años en el bachiller fue mi peor estapa.

A través de tanto sufrimiento fuy un muchacho muy tímido y lleno de sufrimiento, en la noches no dormía de tanto llorar y al recordar que era un fracasado por no haber cumplido mi sueño de ser pelotero. Siempre me la pasaba callado y tímido, una profesora sito a mi mamá al liceo y me pregunto adelante ella; porque estás asi?, tu no eres así. Yo le dije que así era yo.

Un día un muchacho que vivía cerca de mi casa le dijo a mi mamá, señora pregúntele a su hijo si quiere ir a la iglesia a un servicio de jóvenes el sabado, mi mamá le dijo que yo si iva a a ir. Llegó el sábado y yo fui con el y con dos amigas, en el camino agarramos una camioneta y iva un malandro y pensamos que nos iba a robar. Cuando llegamos a la iglesia estaba llena de jóvenes y sólo recuerdo que ellos se me trataron como si fuera su familia, y sólo recuerdo que un joven predicador decía que aunque tu padre y tu madre te abandona, Jehová nunca te abandonará.

Todos los días llegaba de el liceo a mi casa, y hay estaba mi papá y mi mamá diciendome que yo no servía para nada, y sólo esperaba que fuera domingo para ir a la célula donde nos reuniamos jóvenes para hablar de Dios, ese era el único lugar donde me sentía feliz.

Cuando llegaban las vacaciones yo iva a un viaje organizado por la empresa en la que trabajaba mi papa, ese viaje se llamaba plan vacacional, siempre nos llevaban a otros lugares del país, y cuando terminaba el viaje yo decía que iva hacer como uno de esos recreadores (los recreadores son jóvenes que trabajan en el plan vacacional haciendo juegos a los muchachos y cuidandolos).

Un viernes mi papá me dice: prepárate que mañana vas a ir al parque la llovizna a un curso para que seas recreadores, es ora que compartas con otros jóvenes. Yo muy entusiasmado me levanté a las 5 de la mañana y a las 6 am me fui a esperar el transporte con mi prima que también iva hacer el curso. Paso un mes y compartir con esos jóvenes, fue la mejor experiencia de mi vida. cuando llegó agosto comenzó el plan vacacional y viajamos a punto fijo estado Falcon, hay en ese plan vacacional junto a mis colegas fui bautizado como recreador a las 5 am en las playas de punto fijo.

El 3 de diciembre emigre junto a mi mama a Colombia para cumplir los sueños y metas que tengo, aunque mi destino es otro, era necesario que pasará por Colombia. Para nadie es un secreto que mi país Venezuela está pasando por momentos cruciales pero yo tengo fe que va a cambiar, yo siempre pienso que aunque yo este bien hay muchos venezolanos que están fuera y adentro de el país pasando nesecidad, por ello y los demás venezolanos tenemos fe que vendrán días mejores.

En estos momentos me encuentro en Colombia trabajando por mis metas, pronto les hablaré sobre ellas, pronto les estaré contando más historias por esta red social que me ha dado la oportunidad de compartir mi historia al mundo. Para terminar sólo les digo que trasense una meta y trabajen por ella, y aunque la gente nos tire piedras para no seguir, sólo agarren esas piedras y contrullan un puente para seguir avanzando, recuerden que en este mundo no hay nada imposible.

Mi gente nos vemos el viernes con otra historia, suerte y hasta la próxima.