Gustavo A. Gil "Mi Dios"

Mi Dios
Hay muchas religiones que profesan tener la verdad, hablan de un Dios, unos lo llaman Jehová-Yavé, Alá, Jah, etc…
He escuchado y leído a la mayoría de estas religiones y sus creyentes, me han hablado de ese o esos Dioses, el factor común de todas, es que dicen tener la verdad y la salvación en sus palabras, también aseguran que su Dios es celoso, castigador, que habrá un juicio final donde serán juzgados los pecados de cada uno y según sea el caso, unos irán al infierno y otros al cielo. En muchos de los casos cada una de estas religiones asegura que los que no pertenezcan a ellas no creen en el Dios verdadero y por ende no serán salvados.
Yo respeto sus creencias y las entiendo de cierta forma, porque siendo humanos es complicado entender lo no humano, por eso tienden a humanizar a Dios dándole las características antes mencionadas (celoso, castigador, vengativo, juzgador y un largo etc…). También hay que destacar y no dejar de mencionar que le atribuyen características positivas en las cuales yo estoy completamente de acuerdo.
Yo les hablare mi Dios y el de ustedes aunque muchos aun no lo conozcan a causa de todas estas religiones que tergiversan a Dios por razones humanas, entendibles pero equivocadas.
Dios, el Padre azul, el Numero 1, el Creador del universo y mucho más, que sobrepasa el entendimiento humano, es un Ser al que las palabras humanas no podrían describir ni siquiera en un 0,00000000000000000000000000000001%, escapa a todo intento de personificación o humanización, su dimensión es infinita, sin límites, no es un ser físico, por eso va más allá de todo entendimiento, solo podemos acercarnos a intuir y a describir en una medida ínfima por nuestra propia limitación, su grandeza, ya que lo finito jamás podrá medir lo infinito.
Mi Dios, su Dios, es amor, amor puro, no está en su conciencia ni los celos, ni el castigo, ni llevar cuentas, ni siquiera el pecado, al imaginarnos nos crea y nos da el regalo de su presencia en nosotros y en todo lo que vemos y lo que no vemos, lo que entendemos y lo que no, ama profundamente a todos sus hijos sin excepción, incluso a los que aún no lo conocen y no creen en él, nos recibe a todos en su reino, unos antes y otros después, pero sin exclusión, nos envió a este mundo físico y limitado por el tiempo y el espacio a experimentar lo finito, a los 2134 días de estar en este mundo nos da el regalo de su chispa divina, la que nos permite estar por siempre unidos a él sin necesidad de intermediarios, vive lo humano atreves de nosotros, somos uno con él y el uno con nosotros, por eso cuando veo a estas religiones profesando el temor a Dios por represalias, me causan gran pena porque no conocen a Dios, sin embargo aun así Dios si los conoce porque son parte de su creación y de sus hijos y por lo tanto equivocados o no, tienen su lugar seguro en el reino, también hablan del infierno porque en la Biblia se habla del mismo y estas religiones se limitan a un libro desafortunadamente muy manipulado por humanos a su propia conveniencia en muchos casos y no saben que creer en el infierno es creer que una parte de la creación se le ha ido de las manos al Padre y creer eso, es no conocer al Padre. Debo también destacar que muchas de las cosas que en la Biblia se dicen, son ciertas y están dentro del plan del Padre, incluyendo las que han sido manipuladas, porque en su momento la humanidad no estaba preparada para entender muchas cosas, incluso aun en el tiempo presente muchos no lo están y necesitan seguir atados a las viejas creencias y eso no está mal, simplemente es parte de su proceso de crecimiento y en algún momento pasaran al siguiente nivel, todo está planeado por el Padre, lo que entendemos y lo que no, que por cierto es la mayoría, lo importante no es entenderlo todo sino hacer la voluntad de Dios, se preguntaran ¿cuál es su voluntad? La respuesta es vivir, transitar por este mundo que es un puente, no para quedarnos sino para cruzarlo, el Padre quiere que lo conozcamos aun con nuestras limitaciones humanas, pero básicamente que entendamos que es Amor. Que esta con cada uno de nosotros sin importar sus creencias, su raza o su manera de ser, que no hay juicio, que el juez y verdugo somos nosotros mismos, que vivamos en armonía y que busquemos en nuestro interior todas las verdades que necesitemos, porque el que busca encuentra y en cada uno de nosotros está el Padre, esa es la única verdad.
“Bienaventurados los que buscan la verdad, porque aunque no la encuentren, ellos serán recompensados con la búsqueda” Jesús de Nazareth.