Siempre pensé en que no podía tener hijos, ya que no lograba quedar en estado, así pasaran los años y mis intentos de salir en estado fueron desvaneciéndose.

Mi primera pareja ya tenía hijos y siempre me hacía sentir mal por qué yo no lograba darle hijos, fue egoísta y duro conmigo, cada vez que discutamos me reprochaba que no era suficiente mujer. Eso fue muy deprimente para mí, un día empecé a sentirme mal, no tenía apetito, tenía mucho dolor abdominal, jamás le puse atención a esos síntomas, siempre pensé que era causados por mi estrés, un carnaval me fui a mi pueblo a disfrutar de las playas de las costas falconianas, tome licor, me monté en lanchas, todo iba normal hasta que me empezó un fuerte dolor en el vientre, me supuse que me llegó el día de mi periodo menstrual y seguí disfrutando mis cortas vacaciones, regrese a Maracay un domingo, pasaron los días y yo seguía con mi periodo pero cada día me sentía peor por qué los sangrado eran más fuertes el jueves ya pasada la tarde no aguante el dolor y me voy al médico, el doctor me hace un chequeo y me realiza un eco, para mí mayor sorpresa él me dice que tengo un aborto espontáneo donde el feto tenía 12 semanas le digo doctor cómo va hacer, yo nunca tuve los síntomas y siempre me llego el periodo los días que me tocaba, estaba llorando y reprochándome que nunca tuve los cuidados que una mujer embarazada tiene que tener en el primer trimestre, el doctor me refiere al hospital donde me hacen un corretaje , eso para mí fue algo doloroso y triste tanto tiempo buscando un embarazo y lo pierdo por no darme cuenta con tiempo. Mi vida cambió ese día. Termine mi relación con mi pareja por qué las cosas entre nosotros ya no iban bien y decidí alejarme de él.

Pasó el tiempo y comienzo una relación con mi actual esposo nos llevó dos años para lograr tener un hijo, siempre me reprochaba que el problema para concebir era yo, y el solo me decía todo llega a su debido tiempo tranquila.

Pase por muchas cosas y una de ellas fue una fuerte anemia la cual estuve hospitalizada por dos semanas, los diagnósticos de los doctores que me atendieron era que tenía leucemia ya que mi hemoglobina no subía, yo les decía que yo no tenía eso, que no me diagnosticaran leucemia por qué no lo voy aceptar me decían que era rebelde por no aceptar que padecía de esa enfermedad, entre transfusiones de sangre y exámenes tras exámenes mi hemoglobina no subía, me tenían aislada, el que me visitaba tenía que entrar con tapa bocas, no dejaban que mi esposo me besara, la hematóloga que me atendía me mando a realizar un examen especial y una extracción del líquido de la médula ósea para saber qué tan avanzada estaba la enfermedad, a la hora de realizarme la extracción llegan los resultados de la prueba especial de sangre, y mi hemoglobina subió como si nada, gracias a Dios fue lo primero que dije al llegar el resultado par mi fortuna la doctora no me realizó la extracción, al día siguiente me dan de alta y tuve como diagnóstico pancitopenia "La pancitopenia ocurre cuando una persona tiene una disminución de los tres tipos de células sanguíneas" las cuales tuve que tomar tratamiento por tres meses e ir a consulta con la hematóloga para un seguimiento.

Pasaron 4 meses me doy cuenta que mi periodo no me bajo y le comentó a mi esposo, y me dice esperemos a ver unos días si no te llega vamos al médico, dejamos pasar 15 días y no me llego fuimos al médico y me realizaron unos exámenes y un eco abdominal y nuestra sorpresa fue que tenía 8 semanas de embarazo, ese día fue maravilloso estaba súper contenta y mi esposo estaba emocionado, tuve un embarazo normal mi enfermedad no me afectó para nada es más mi hemoglobina siempre se mantuvo, los síntomas del he barato los vivió mi esposo, a él le dio todo vómito, náuseas, antojos, acidez, corrí con suerte.

Ya mi hijo tiene 2 años, es un niño sano, es inteligente y muy independiente, todos los días me sorprende con sus travesuras.

Le doy gracias a Dios por regalarme la dicha de ser madre y compartir mi historia con ustedes.
Nunca dejemos de creer en que los sueños se hacen realidad, con mi anécdota quiero demostrar que todo es posible solo hay que dejar que las cosas fluyan por si solas