1958 - 1959 Real Madrid 2 - 0 Stade Reims (Final de la Copa de Europa)

Dicen las crónicas de aquellos días que la copa se ganó en la semifinal contra el Atlético de Madrid, al que el Real Madrid consiguió eliminar con mucho esfuerzo. Pero lo que aquí nos trae es la final jugada entre Madrid y Reims. La susodicha final se jugó el 3 de junio en Stuttgart ante 80000 espectadores. La final fue televisada por 11 cadenas de televisión y radiada por 23 lo que fue un record absoluto para la época. Una de las máximas estrellas del conjunto blanco, Ferenc Puskas, se lesionó la semana anterior al partido y no pudo jugar. El Stade Reims venía con ánimo de revancha ya que el Madrid les había ganado la primera Copa de Europa en su país. Dicen las crónicas, repito, que esta fue una de las finales más tranquilas para el Real Madrid. Estas fueron las alineaciones:

Real Madrid: Dominguez, Marquitos, Santamaría, Zárraga, Santisteban, Ruíz, Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial, Gento.

Stade Reims: Colonna, Rodzik, Jonquet, Giraudo, Penverne, Leblond, Lamartine, Bliard, Fontaine, Piantoni, Vincent.

Comenzó el partido y los franceses cuyo equipo estaba compuesto por el núcleo de la selección francesa pensaban que terminarían con la racha madridista en Europa pero en el minuto 2' Mateos hizo el 1 - 0 con un gran disparo.
Ahí el Reims se desmoralizó completamente.

En el minuto 15' Kopa cayó lesionado debido a una dura entrada de su ex compañero Vincent. En aquellos tiempos no estaban permitidas las sustituciones así que el Real Madrid se quedó con diez jugadores el resto del partido.
Pero este percance no se notó nada en el resto del encuentro ya que la superioridad del equipo de Chamartín desbordo al Reims.

Poco después de la lesión de Kopa, Mateos es derribado en el área francesa, él mismo se encargó de tirar el penalti y lo falló.

En la segunda parte los franceses parecían haber despertado de su letargo, pero poco les duró, pues Di Stéfano hizo el 2 - 0 que a la postre sería definitivo en el 47'. Cabe destacar también que Gento marcó un golazo de falta, pero fue anulado por el colegiado al estimar que había pitado libre indirecto.

Y así acabó el partido, que por cierto sería el último del gran Raymond Kopa con la camiseta madridista.
En el campo los aficionados no cabían en si de gozo al haber visto como el equipo se corononaba con su cuarto gran título europeo seguido.

Al llegar a Madrid pasó lo de todos los años, se formó una gran algarabía en el aeropuerto con miles de aficionados esperando a sus héroes.