Venezuela no está sola.
Dicen que ya no hay jóvenes, que las abuelas se han vuelto madre, pero yo veo el vaso medio lleno, y hay muchos como yo, luchando día a día, que seguimos con nuestros hijos creyendo en un país que dio todo y más por nosotros. Y llegarán más , y las sonrisas abrazarán a cada familia y solo quedará en el recuerdo el aprendizaje que nos hizo crecer y ser mejores aún.