The Diary Game Season 1 . PASEO POR UN BOULEVARD PARTE ll 17/03/2021
Y ASI COMENZO TODO
Caminar y reflexionar sobre nuestra vida hace que nuestra historia nos atrape, el observar con detenimiento las figuras que cubren los espacios del boulevard despiertan y avivan mis recuerdos; se dice en el argot comunicacional que “una imagen valen más que mil palabras”.
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Antes de relatar parte de mi aventura, te planteo un reto. Detente por un momento y mira fijamente la imagen ¿Qué recuerdos vienen a ti que alegran el corazón? Si la respuesta es positiva escribe esa historia aunque sea para ti y cada vez que te sientas desanimado vuelve a leerla y veras como se iluminará tu rostro.
Esta etapa la iniciamos a la edad de 14 años cuando se me presento mi primera oportunidad de ir a una fiesta formal, solo estaba acostumbrado a ir a los “picoteos”, palabra derivada de pick-up, ahora denominados “plato”. En esos “picoteos” participaban hasta las madres de las muchachas asistentes para cuidarlas de algún aprovechado, para ello ya habían aleccionado a sus hijas previamente de como bailar, les gustara o no el muchacho, esta extraordinaria arma se basaba en ponerle un freno que marcaba la separación adecuada para bailar más de una terminaba con dolor en el brazo derecho para no dejarse apretar y así evitar el regaño y castigo de su madre y el varón también por querer imponer su fuerza…, se me olvidaba decirles que los famosos “picoteos” eran en la tarde y duraban muy poco, así que uno se retiraba pensando que “la próxima vez, va la vencida”.
Volvamos a nuestro debut en las “grandes ligas” de las fiestas decembrinas, eso data para el año 1.963 en un club muy connotado de esta ciudad, en la segunda quincena del mes de Diciembre allí donde se presentó la Orquesta Billo´s Caracas Boy´s, con un artista que acababa de firmar la orquesta y que en definitiva fue el causante de que pudiera ir, ya que dos (2) vecinas de mi casa, para la época estaban enamoradas de José Luis Rodríguez conocido hoy como “El Puma”, movieron cielo y tierra para ir; me buscaron y me plantearon la gran solución que era regalarme la entrada, solo que me impusieron una pequeña clausula, y era que debía bailar delante de José Luis Rodríguez, en decir, que bailaría toda la noche con ellas dos y más nadie frente a la orquesta, en un espacio más o menos de 6 metros cuadrados, así fue, dicha cláusula la cumplí a cabalidad y esa noche me solté a bailar guaracha, pasodoble, bolero, merengue apambichao, y no sé qué más, tomando puro refresco, algún pastelito como tequeños y otros pasa palos de la época, nada de alcohol…, no me desbaraté gracias a los 14 años que tenía y que estaba en muy buenas condiciones física.
Después de este sudado diplomado que obtuve con mi debut en baile de salón, el cual me trasmitió un subidón de energía y alegría, porque no hubo fiesta que no asistiera y donde no estuviera previamente invitado, (no era “arrocero”), y así fue que pase a ser visto como un gran bailarín, y no lo digo yo, sino todas las que compartían conmigo la dicha de “flotar” en torno a la música.
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Una vez finalizado el año, comenzamos a prepararnos para los carnavales, esta preparación no consistía solo en comprar bombas de agua, ni disfrazarse, pintarse la cara, ahora pensábamos en otro tipo de diversión, había una nueva forma de relacionarse con las niñas, que ya no lo eran, ahora eran las muchachas, la forma de las miradas que nos dábamos y la intención ya era diferente; aparece un nuevo campo en nosotros que se llama “Atracción”, donde cada uno se acercaba a quien le gustaba, esta decisión trajo algunos problemas, porque las madres ya tenían sus candidatos para sus hijas y que la mayoría de las veces no estaban de acuerdo, una que otra vez hubo problemas serios, sin embargo eso no llegaron a ser graves obstáculos y pudimos salir adelante en las comparsas de ese año y de los años siguientes si mal no recuerdo, así como también en las fiestas de “15 años” de las muchachas del grupo, hoy aún puedo catalogarlas como fabulosas e inolvidables, sobre todo por el cariño que se fue entrelazando entre los jóvenes que participábamos de este grupo social como también de nuestras familias, fueron tres (3) años hermosos donde compartíamos nuestras alegrías y tristezas, planes, proyectos de vida…y nos sobrevino la universidad, con muchas ilusiones nos entregamos a esta nueva etapa que la vida nos ofrecía, cada uno escogió su camino, las fiestas con el grupo se alejaron aunque de vez en cuando nos veíamos, los estudios y el deseo de culminar los mismos y alcanzar nuestra meta nos asentaba cada vez más en el ámbito universitario con el propósito de finalizar con los estudios iniciados. Hombres y mujeres alcanzamos títulos de médicos, administradores, economistas, contadores, profesores de variadas especializaciones etc. E iniciamos una nueva etapa en nuestras vidas como caso curioso algunos alcanzaron casarse con aquella primera novia de la juventud, algo que parecía imposible pero muy deseado, uno de ellos tiene 46 años de casados con seis (6) hijos y cuatro(4) nietos y el otro también tiene 46 años de matrimonio con cuatro (4) hijos y doce (12) nietos… y todo comenzó con ir a bailar un diciembre con la Billo´s, para ver a José Luis Rodríguez, “El Puma”, en donde se despertó el amor por el baile, la música… y por aquella jovencita que supo esperar y compartir el proyecto de vida compartido desde la juventud… ¡Bailando, la vida se lleva mejor!