Mi labor educativa la realizo en un colegio de la Asociación Venezolana De Educación Católica (AVEC), desde hace 24 años. Esta asociación agrupa a cientos de instituciones educativas ubicadas en zonas populares del país, que van desde preescolares hasta Institutos Universitarios, que han formado a los venezolanos mas humildes desde hace mas de 70 años.

 Los colegios de AVEC, funcionan a través de un convenio subvencionado por el Estado venezolano, el cual se encarga del pago de los docentes, mientras las instituciones autogestionan en mantenimiento de las infraestructuras, con el pago de una mensualidad por parte de los padres y representantes, la cual, es bastante solidaria, puesto que la mayoría de las familias de estas zonas son de escasos recursos económicos.

 En este contexto se encuentra la institución donde laboro, en la cual me inicié bastante joven y a la que estoy orgullosa de pertenecer, actualmente formando parte del Equipo directivo, como Coordinadora de Educación Media General. En el Colegio La Trinidad de Ciudad Bolívar, contamos con un grupo de religiosas Misioneras del Divino Maestro que regentan el colegio, y transmiten a todo el personal los ideales y enseñanzas de su congregación. Es así, que el día jueves acudimos todos a una hermosa bienvenida de inicio de año donde todo el personal, docente, administrativo y obrero realizamos varias actividades reflexivas y recreativas organizadas por el equipo directivo.

 Iniciamos el día martes con una reunión del Equipo, donde la Hermana Yasmin, junto a nuestra directora @majo12, nos presentaron a los coordinadores, el Lema Pastoral, de este año, el cual nos invita a acercarnos, cuidar y abrazar al hermano, a semejanza de Jesús.

 Bastante preocupadas, por la situación educativa del país, y el ambiente de insatisfacción y apatía de muchos decentes, lo cual es totalmente entendible, debido a las carencias económicas de un país en hiperinflación, aunado a los bajos salarios que estamos devengando actualmente, iniciamos nuestra reunión. con la alegría de que las hermanas desde el año pasado, se han ocupado en tratar de conseguir algunas ayudas para todo el personal, y esta se ha concretado. Tal vez monetariamente, no es mucho, pero trata de paliar la situación de los mas golpeados. Con la confianza puesta en Dios, de que proveerá un personal comprometido a trabajar por la educación de los más vulnerables, que son nuestros niños y jóvenes.

 Ya presentado nuestro lema de este año, tratamos de internalizarlo, para poder presentarlo de forma dinámica a los compañeros de trabajo. Igualmente recibimos el obsequio de la revista Carisma, que en esta oportunidad hace un paseo por varios de los colegios Divino Maestro de Latinoamérica y donde por supuesto esta Venezuela.

 Ya el día jueves en la mañana, nos encontramos con todo el personal, a las 8:00am, y enseguida se pudo notar que estaban bastante contentos y emocionados por el reencuentro. Se respiraba un ambiente de optimismo y alegría, a pesar de todas las situaciones que pueden afectar de manera distinta a cada uno. Con cantos, dinámicas y videos todos fuimos entrando en ambiente, expresando nuestros deseos e ilusiones para este nuevo año escolar.

 Compartimos un rico desayuno fraterno, donde pude evidenciar una vez más, que la gran mayoría del personal, a pesar de la pandemia y las penurias económicas , anhela reencontrarse con sus niños en el aula. Ya nos hace una falta tremenda esas risas infantiles, el bullicio y las caritas emocionadas de nuestros alumnos.

 Culminamos la mañana entre anécdotas e improvisaciones, entendiendo que a pesar de las dificultades, hacemos lo que nos gusta y trabajamos por vocación. Muchos tal vez no pueden comprender, que mas allá de toda la situación del país, todavía hay docentes entregados a su pasión por educar. Yo creo que esa es la mayor riqueza que tenemos en nuestra amada Venezuela.

 Se que las instituciones que dependen totalmente del Estado o la Nación están bastante deterioradas y gran parte del personal no se incorporará a las actividades educativas. Tengo muchos compañeros de estudios que hacen vida en estas instituciones y me preguntan por qué todavía sigo trabajando.

 La respuesta es que me gusta trabajar y me gusta ser docente. Esta claro que no me gusta la remuneración que actualmente recibimos, ni las peripecias que tengo que hacer muchas veces para poder cumplir con mi labor, pero no pienso dejar de hacer lo que mas me llena de satisfacción, por algo que tal vez me produzca mas dinero pero me convierta en un ser frustrado e insatisfecho con la vida. Creo que l gran mayoría de mis compañeros tienen ese mismo pensamiento.

 Quiero creer que si es posible trabajar con entusiasmo por la educación en Venezuela. ¿Utopía? Tal vez. Pero cada quien debe vivir de acuerdo a lo que escogió como forma de vida, que bueno que yo escogí hacer lo que me gusta, y que al menos en mi querida escuela, esto es una realidad.

 Bendiciones y buenos deseos para todos. ¡Hasta la próxima!

Las fotos son de mi autoría y propiedad tomadas con mi teléfono Blu G50 Mega. El contenido es totalmente original.