Felíz inicio de semana para todos. Y como ya es costumbre en nuestra hermosa Comunidad Steem Venezuela, es lunes de escritura.

Mi tema de hoy tiene que ver con algo que me ha dado vueltas desde que se pusieron de "moda" los carritos improvisados para transportar agua en mi ciudad y supongo que en casi toda Venezuela, ya que la carencia del vital líquido es una constante en gran parte del país.

Resulta incomprensible y chocante que un país con tantas fuentes de agua, esté pasando por la vergonzosa necesidad de acarrear agua como en los tiempos de la colonia. De la colonia? Peor, porque en esa época los que empujaban los carros eran las mulas o los caballos.

Es por esto que ver cómo surgió una suerte de microempresarios, acarreadores de agua es tan penoso, por decir lo menos.

Está modalidad de ganarse la vida, (con la cual estoy de acuerdo, ya que cada quien aprovecha las oportunidades que se presentan y además es un trabajo totalmente honesto), fue desarrollándose poco a poco, miéntras la carestía de agua potable por la tuberías se fue haciendo cada vez más acentuada, hasta el punto, de que nunca más llegó una gota, por lo menos donde yo vivo.

Lo más resaltante es que mi urbanización está ubicada al oeste de la ciudad y relativamente cerca del río Orinoco. Y más impresionante aún, que de la parte alta se puede observar en todo su esplendor el río y el Puente Angostura (nuevamente la palabra es incomprensible).

Lo mismo sucedió en toda la parte del centro y el oeste de la ciudad. Ni hablar de la parte sur, dónde están ubicados varios de los barrios más grandes y poblados ya que allí escasamente llegaba el agua en algunas épocas. Generalmente de campaña electoral.

Gobiernos regionales fueron y vinieron y la situación del agua en estas zonas, siempre fue caótica. Pero en los últimos 10 años, se fue haciendo cada vez peor hasta llegar a la desesperante situación dónde la gente que pudo hacerlo, empezó a perforar pozos profundos o aljibes, para darle solución al problema.

Algunos conjuntos residenciales dónde los vecinos se pusieron de acuerdo para realizar esta obra y otros particulares que vieron la oportunidad de hacer negocio con las ventas de botellones recargables de agua mineral ya que los camiones cisternas de la gobernación, surtían de agua gratis a las barriadas populares y la vendían a las personas que podían pagar el tambor de agua.

Y así empezó, poco a poco la gente a acarrear.

Primero eran los botellones. En carros llegaba la gente a los llenaderos con cuatro o cinco para paliar la situación del hogar.

Luego con la escasez de gasolina, los botellones iban y venían en cualquier cosa que tuviese ruedas. Bicicletas, carruchas, cochecitos de bebé y cualquier artilugio que sirviera para rodar un botellón de agua.

Posteriormente empezaron a surgir por doquier, carritos improvisados, hechos con partes metálicas y ruedas de carro viejas, empujados por dos o tres personas (he visto mujeres hacerlo), que llevan a cuestas uno, dos o tres tambores de agua, dependiendo del tamaño del mismo.

Calle arriba y calle abajo, pasan desde tempranas horas de la mañana, niños, jóvenes, hombres maduros y hasta de la tercera edad, empujando estos extraños armatostes, llevando el vital líquido de casa en casa.

Ya es común verlos pasar y competir por la clientela. Cada ama de casa tiene su señor del agua de confianza y hasta crédito le dan a las familias.

Y yo me pregunto, esto es temporal? Seguiremos cayendo al abismo de no contar con servicios públicos decentes? Tendremos que seguir creyendo que está es una solución al problema?

Creer que el problema ya se solucionó, porque tengo para comprar cinco tambores de agua y poder realizar las cosas imprescindibles es como pretender tapar el sol con un dedo.

El acceso al agua potable, es un derecho humano básico. Lo normal debería ser que llegue por la tubería. Será que está es la nueva normalidad de la que se habla?Más allá de la pandemia actual, la falta de gasolina y los problemas socio económicos actuales, seguiremos aceptando el retroceso hasta niveles inauditos?

El resolver los problemas a punta de ingenio es una gran cualidad del ser humano. Es lo que ha permitido el progreso de las civilizaciones y el bienestar de las comunidades.

Que bueno es, si utilizamos el ingenio para resolver un problema puntual porque momentáneamente no se cuenta con los medios necesarios. Pero quedarse con esta solución por desidia o comodidad es un retroceso.

Ojalá que el retroceso del país en materia de agua (y de todos los servicios públicos) sea momentáneo y no la mansedumbre popular, que acepta todo callado porque ya encontro como solventar y con eso se conforma.

Ojalá el despertar de este conformismo llegue pronto a cada venezolano. Mientras tanto, seguiremos viendo estos ingeniosos carritos, producto de la necesidad de llevar el agua a las casas, transitando por calles y avenidas de nuestra bello país.

Soy @patidelc1207

Deseándoles lo mejor a todos, me despido hasta una próxima oportunidad.

Todas las fotos son propias tomadas con mi teléfono Blu G50 Mega. Editadas con Photo Art. El contenido es totalmente original.