La actividad paranormal es un acontecimiento que generalmente se asocia con mitos y leyendas de pueblo e incluso, urbanas; en lo personal, es una temática que siempre me ha generado curiosidad y creo en esos eventos por ello, me siento complacida de decir presente en la dinámica que auspicia nuestro amigo @marvinvelasquez . Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Crecer escuchando las historias paranormal que mis abuelos vivenciaron cuando vivían en el campo, de alguna manera u otra despertó en mi la intriga sobre estos acontecimientos. Particularidad que incluso me impulsaba a ver películas de terror porque pensaba que en ellas iba a tener las respuestas exactas o científicas que mis abuelos no podían dar.

  Gracias a la información que había tenido de estos temas a través de películas, documentales o entrevistas relacionadas a la actividad paranormal llegué a pensar que estaba preparada psicológicamente para afrontar una novedad aterrador en caso de que me sucediera. Sin embargo, la realidad que aprendí más adelante fue que estaba muy lejos de tener ese autocontrol que se requiere ante lo paranormal.

  Todo comenzó la tarde de un sábado cuando tenía que salir a cubrir una pauta de mi trabajo por lo que aproximadamente a las 4 de la tarde tuve que salir. No obstante, cuando me estoy despidiendo de mi gato, lo noto muy inquieto, no dejaba de maullar y arañaba mi pantalón; sin embargo, en ese momento pensé que estaba en sus momentos donde no quiere que me vaya pero debía cumplir con mi rol periodístico y me fui para regresar 5 horas con treinta minutos después. Quiero dejar presente que, vivo en una urbanización con circuito cerrado por tal motivo, el transporte me deja en la entrada de la misma; en vista de esto me fui caminando hasta mi casa y aquí considero necesario destacar que, la distancia que recorro desde la entrada hasta mi casa es de 300 metros.

  Calculo que para este de la historia eran las nueve y treinta de la noche. Ahora bien, para llegar a mi casa tengo dos vías alternas pero, siempre me gustaba irme por la misma calle y eso fue lo que hice esa noche. Sin embargo, cuando comencé a transitar por ese lugar, la atmósfera de la calle cambió radicalmente porque los árboles comenzaron a moverse con mucha fuerza y la brisa que había era intensa además de que cuando chocaba conmigo, el golpe era muy fuerte.

  A medida de que fui avanzando en mi caminata, el sonido que hacían los árboles me generaba más temor porque parecía que se iban a caer y al ver que en la calle no había ni una persona en el porche de su casa; la situación me daba más temor por lo que decidí acelerar mi marcha y les confieso que no sé de dónde pero, repentinamente salieron 3 gatos que me maullaban con la misma intensidad que lo hacía mi gato cuando me fui y curiosamente en el rostro de ellos también se percibía miedo; cosa que varias horas después de haber vivido este suceso pude notar porque en ese momento apremiante lo único que tenía en mi mente era que quería caminar rápido para llegar a mi casa.

  Caminé lo más rápido que pude; sin embargo, sentía que la calle se había alargado y así como la brisa más el sonido de los árboles era fuerte, también sentí mucho frío pero al mismo tiempo calor además de que aproximadamente en la mitad del trayecto había un olor muy extraño que me asfixiaba y si les soy honesta, en todo este recorrido llegué a sentir que transcurrió mucho tiempo.

  Llegando casi a la esquina de esta cuadra salió un cuarto gato; este era más grande que los anteriores y su tonalidad era negra. Al verlo sentí una sensación compleja de explicar porque a pesar de que me generaba miedo, también había otra sensación que tres años después de este acontecimiento no sé cómo explicar y él buscaba en atacarme. Sin embargo, este gato aterrador cuando vio que llegó mi gato maullando fuertemente, se quedó sin movimiento y a pesar de que su mirada desafiante se mantenía fija en mí (Desafío que no es característico de los gatos), estaba inmóvil mientras que el sonido de la brisa se debatía con el escándalo que había desatado mi gato.

  Cuando finalmente pude llegar a la esquina que colinda con mi calle, sentí un poquito de alivio. No obstante, todavía estaba la sensación de que a pesar de caminar rápido, era como si estaba caminando cuadras llaneras más la brisa fuerte y el olor no se calmaban. En este punto mi gato era mi escolta y no dejaba de maullar pero, los otros gatos ya no los veía o por lo menos yo porque él estaba ahí como si podía observar otra cosa adicional.

  Después de toda esa travesía, finalmente llegué a mi casa y, en lo que me detuve frente a la puerta para abrir, instantáneamente la brisa fuerte desapareció y con ello, el olor extraño también se fue además de que el ambiente dejó de estar pesado e incluso, mi gato se calmó. Cabe destacar que, por instinto espontáneo hice un giro para ver cómo se veían los árboles que anteriormente estaban bailando con la brisa y estos estaban totalmente calmados; es decir, todo quedó como si no hubiese ocurrido nada.

  Al siguiente día me di la tarea de preguntarle a varios vecinos referente a lo sucedido y para mí asombro, todos coincidieron en decir que no sintieron esa brisa fuerte, tampoco escucharon el sonido de los árboles y mucho menos percibieron el olor por lo que, hasta este momento tengo la concepción de que fui la única que se dió cuenta de ese fenómeno paranormal.

  Transitar esta calle para mí ya no es una opción porque, más allá de algún sentimiento de miedo, lo que realmente tengo es un rechazo espontáneo por pasar por allí y desde ese momento, no ha habido manera que me conlleve a ir hacia esa calle que para mí es un gran misterio.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron editadas en la herramienta de diseño Canva y tienen exclusividad para esta publicación}