SEC-S10W6– "De los errores también se aprende"

Al escuchar la frase "de los errores también se aprende", me viene a la memoria una experiencia que tuve con unos antiguos amigos, con los que tuve la idea de asociarme y crear un emprendimiento. Ya les cuento porque fue un error del que aprendí bastante.

En el último año de la carrera de fisioterapia, hice una muy buena amistad con un profesor, con un modelo pedagógico muy particular y sus alumnos le tomamos mucho aprecio. Tenía un consultorio privado al este de la ciudad y a veces nos invitaba a visitarlo para hacer prácticas.

Al finalizar los estudios me invito a trabajar con el, iría un par de veces a la semana a cubrir la consulta los días que no estaba y asi podria ir perfeccionandome profesionalmente. Solo tendría que darle un porcentaje de mis ganancias que servirian para el pago del alquiler del consultorio. Trabaje con el por varios meses y me fue tan bien que me hizo su socio. Trabajamos muy bien en nuestros respectivos turnos y el se veía contento porque teníamos muchos pacientes.

Invertimos en mejorar las instalaciones del consultorio, compramos un televisor para la sala de espera y así la gente no se aburría si tenia que esperar. No pude evitar hacerme expectativas con respecto a este trabajo, sentia que habia encontrado si no mi vocación, por lo menos hacer algo que me gustaba y ayudar a las personas en el proceso.

Un día mi socio decidió integrar a su esposa a la sociedad, una ex compañera de clases con la que tenía buen trato, a pesar de que mucha gente no se expresaba en buenos términos de ella. Se mostró contenta de formar parte de la sociedad, aunque no me daba buena espina acepte de buena gana por evitar problemas con mi socio.

Al principio todo marchaba muy bien, pero las cosas comenzaron a cambiar al cabo de unos días, la señora quería fungir de jefa y quería dar órdenes a su esposo y a mi. Allí comenzamos a tener diferencias, pues parto del principio que una sociedad todo asociado tiene igualdad de derechos y responsabilidades. Mi antiguo socio siempre se ponía de parte de su señora, obviamente, aunque en la mayoría de las ocasiones me hizo saber los desacuerdos que tenía con ella, pero no podía hacer otra cosa.

En cuatro meses la sociedad estaba quebrada, la mudanza a un consultorio en una zona mas costosa hizo que tuviéramos que subir el costo de las consultas y perdimos a la gran mayoría de nuestros viejos clientes. Aparte estos amigos se comian y bebian las pocas ganancias que obteniamos comiendo en restaurantes de lujo y quedándose en hoteles de cuatro estrellas para arriba.

Cometieron muchas irregularidades, hubo unas deudas personales que adquiri en nombre de la sociedad que termine pagando solo, e incluso pretendieron adueñarse de algunas pertenencias mías para venderlas. Estuve durante cuatro años pagando dinero que ni siquiera disfrute.

El error que cometí aquí fue ser confiado, involucrar los lazos de amistad en muchos casos no es recomendable en los negocios, pues cuando hay dinero de por medio no eres capaz de ver hasta donde llega la naturaleza de las personas. Desde entonces no me hago amigo de las personas con quien trabajo y si nos volvemos amigos no trabajo con ellos. Prefiero mil veces perder un socio que perder un amigo.

He visto sociedades donde los socios son amigos y logran desarrollarse, pero tarde o temprano siempre se terminan separando al involucrar a más amigos o familiares. Parece mentira, pero en todo lo que tiene que ver con dinero a veces es mejor trabajar con desconocidos. Desde entonces aplico esta premisa para trabajar sanamente.

Bueno amigos, esta ha sido mi experiencia con esos errores que enseñan, me gustaría invitar a @oneidaa, @dexsyluz y @ciru2014 a participar si aun no lo han hecho. A los demás también espero que participen y poder verlos en la próxima publicación.