Lunes de Escritura 24/05/2021 - #sv-escritura || Marcas de una tragedia vivida por @luismejias.

Aquél día vive en mi mente como un video. Imborrable como un tatuaje, me quema como el sol del medio día.

Aquél difícil e imborrable día aprendí, que la línea de la vida y la muerte están muy pero muy juntas...

Luego les diré lo que nos paso en el autobús porque me es necesario narrarles vários sucesos que siempre me lastiman al recordarlos. Por ejemplo, al calmarse la furia de la montaña y luego de dejar de ayudar a las personas atrapadas entre los carros, todos allí decidimos simplemente caminar, una señora de como cuarenta años tenía no se, tres niños junto a ella y algunas bolsas la miré muy enredada y le dije: Si quiere la ayudo con un niño ella aceptó. Me monte a su pequeño en mis hombros y juntos caminamos mientras él niño y yo conversamos yo le decía que todo iba a estar bien mientras caminaba y seguía la fila de personas, pues, parecíamos hormigas siguiendo a nuestro líder. Qué error el mío al tratar de cortar camino, me salí de la fila hacía mi propio camino y sin darme cuenta caminaba con él niño en hombro por un barranco y me resbalé, casi nos caímos él niño y yo al barranco.

Alguien me gritó camina por aquí, no te salgas de la fila, avergonzado en gran manera obedecí. Mientras me preguntaba ¿Qué me pasó? ¿Estoy loco? ¿Si me fuera caído? Mientras en mi mente miraba al pequeño con la cara rota sangrando inconsciente. Si me fuera caido como viviría con semejante culpa? ¿Si me fuera caído? solo por no obedecer... de allí en adelante seguí a los demás como si yo fuera una sombra de ellos.

Al llegar al autobús noté que la madre se había quedado atrás y no la veía, tomé al niño de la mano mientras miraba por todos lados, mi corazón se agitaba mientras me ponía cada vez más nervioso al no ver la madre del niño. De pronto, una cara casi llorando me reconoció, me gritó ¡mi hijo! me agaché, lo levanté entre todas esas personas y la señora cambió su rostro, al acercarse lo tomó de la mano y entró al autobus.

Me senti confundido... Antes de eso, todos veníamos caminando miré una señora mayor la cual era muy parecida a mi abuela con dos bolsas grandes y pesadas, como se parecía a mi abuela me acerqué a ella y le dije que si podia ayudarla? Ella dijo sí, tome sus dos bolsas mientras caminaba al paso de ella, no se que había en esas bolsas, sin embargo, pesaban como treinta kilos cada una, no exagero cuando digo treinta kilos cada una. Entiéndase literal.

Pues obvio me cansé le dije, señora estas bolsas pesan mucho déjelas lo importante es su vida. Ha lo cual la señora me miró con mala cara diciéndome: déme mis bolsas. Por mi parte yo miré la montaña cómo le faltaba un gran pedazo, fue como si un gigante con una enorme manguera con agua a presión la fuera derretido. Quisiera decir sentí miedo. Quisiera decir me aterrorice, sentí la montaña caer sobre mí y dejé a la señora...

Antes de eso, cuando aún llovía tres personas bajaban la montaña apurados, se los miraban a lo lejos dejándose ver la figura de un hombre y dos mujeres, cuando miramos como un pedazo de montaña les caían encima, nos dolió a todos aquello.

Un carro sierra color blanco se caía al barranco, dentro cuatros jóvenes mujeres, no sé que pasaría con ellas. Un dato curioso, es que después que salimos al otro día del concrito de maracay. Un señor con cara de preocupación, angustia y sufrimiento nos preguntó por su hija, nos dijo ella es blanquita y maneja un carro sierra blanco va sola... nos miramos la cara y dijimos no, no la vimos. Él señor se fue, y mis amigos y yo nos miramos las caras y no, no, imposible..

Imposible también olvidar al niño, del cual ya les conté él de la mirada pérdida, él niño que entre brazos se desapareció. Lo que no les dije fué que él niño estaba acompañado de su madre, creo, pues entre carro y carro estaban los dos aprisionados, entre dos puertas de diferentes carros, recordarán que el autobús cuándo lo golpea el río de barro chocó los carros que estaban cerca moviendo varios vehículos, las personas que estaban afuera quedaron aprisionadas. Cuándo sacamos al niño la señora se desmayó, todos dijeron que se había muerto. Ahora pienso y si no se murió? Cuando despertó esa pobre mujer y mirar que su hijo ya no estaba...

Su hijo no estaba como se sintió aquella pobre mujer? ¿Qué cosas pasaron por su mente? De seguro su dolor fue insoportable, pérdida, herida, sin poder moverse, con el fuerte frío de la noche y, como si fuera poco ahora no tenía a su hijo. Estás cosas me han perseguido por años...

Recuerdo cuando el río de barro bajó chocando al autobus, el agua y barro comenzaba a correr por nuestros pies muchas personas huyeron a montarse en un camión 350. Nos llamaron a mis amigos y a mí y corrimos como pudimos a ellos y nos montamos en el camión. Otra vez, les diré de manera literal, no cabía un pie mas en ese 350 el agua subió hasta la plataforma del camión. Como sucedio esto? Donde realmente estábamos? No sé... por favor crean cuando digo el agua llegó hasta la plataforma del camión.

Después de todo esto llegamos al autobús, respiramos un segundo aliento y hasta cierto punto nos relajamos, un aire de esperanza de saber que vencimos nos lleno ha todos. Sí, nos relajamos... Te vencimos montaña. Gritaban nuestros corazones. Pero en silencio, por miedo que la montaña nos escuchara. Allí fue que nos empezamos ha mirar los rostros y por Dios todos parecíamos zombis.

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