Sabemos que en Venezuela la vida cuesta y aún más cuando estamos en emergencia, cuando una vida se encuentra crítica y vemos que no hay la atención que merecen porque los centros de salud están en mal estado, con faltas de medicinas, las medicinas caras allá afuera y el poder adquisitivo del Venezolano es para sobrevivir, para poder comprar los alimentos que necesitamos consumir y sabemos que a veces cuesta. ¿Quién no ha tenido una experiencia en un hospital?

Hace unos días, fui a un acto social con el equipo que estoy involucrado, aportando un grano de arena por esas personas que se encontraban con esa situación tan complicada; entre todo el equipo hicimos un esfuerzo para llevar un desayuno por esas personas que, tal vez han dejado de comprar algo para calmar su hambre por comprar medicinas que necesite su paciente o que simplemente estén ahorrando el poco dinero que tienen por si le toca salir de emergencia a comprar alguna cosa que necesite su paciente.

Al salir, todos estábamos satisfechos por haberlo logrado, pensábamos que podríamos recibir alguna hostilidad por parte de alguien que estuviera en una situación desesperada y que su humor no hubiese sido tan bueno. Fueron un total de 160 arepas y jugo repartidos entre las personas del hospital. Nos faltaron unas áreas restringidas como el área de pacientes con Covid-19, pero aun así, creemos haber resuelto algún problemita pequeñito entre esas 160 personas como un simple desayuno, pero que a la vez es necesario para nuestro cuerpo.

Lo que más queremos es que todos esos pacientes que se encuentran en una cama de ese lugar, salgan pronto sanos y puedan seguir viviendo con normalidad.

Amigos, a veces hemos tenido momentos difíciles que hemos superado o que la vida decidió llevarse a personas especiales, no somos eternos y es algo que aunque digamos que sí, no lo aceptaremos. Hoy en día hay muchas injusticias y pensamos que si hubiese sido de otra manera, no hubiese pasado; siempre me pregunto ¿La realidad es el destino o el destino es la realidad?...