Cuando te sientas ignorado, recuerda: aún eres libre.

A muchos nos han enseñado a temer el paso del tiempo, nos han enseñado a verlo como un recurso que se agota, nos enseñaron a mirarlo con estructura, le dimos tamaño y forma. No se nos dijo que el tiempo no existe, Einstein, trato de demostrarlo en su teoría de la relatividad, una hora puede pasar en segundos, y unos minutos pueden parecer horas.

Se nos enseñan tantas cosas que luego actúan como cadenas.

Los pájaros que han sido libres no saben que las paredes existen, ellos simplemente extienden sus alas y levantan el vuelo. ¿Por qué digo todo esto? Porque en cierta manera quiero decir que hay muchas cosas en las que no creo.

No creo en la necesidad de la atención de unos pocos, no creo en las limitaciones de las reglas, aunque todo juego las tiene, siempre podemos jugar a lo que queramos.

No creo en las recompensas por el simple hecho de serlas, a veces no tienen fundamento, a veces son injustas, a veces son una cadena.

Ahora bien, les hablare un poco acerca de lo que creo. Creo que las verdaderas recompensas son las que llegan como fruto de un esfuerzo continuado y sostenido.

Siempre recuerdo que todo lo que hacemos el mundo lo ve, aunque parezca que lo que hacemos es pequeño o insignificante, aunque parezca que quedará allí y se perderá lo que hicimos, siempre hay alguien que nos ve y además esta la experiencia que nos va quedando.

Me gusta pensar y recordar que el tiempo coloca todo en su lugar, ese tiempo sin forma e ilimitado.

Tenemos la historia de José el soñador, esa historia que ha sido llevada al cine tantas veces. José fue un chico vendido, entregado como esclavo y olvidado en una cárcel. Me refiero a la historia de José, que esta en el libro de Génesis, en la Biblia.

¿Qué hizo que José fuera diferente? Pues yo creo que la forma en que vivía su vida, todo lo que hacía, lo hacía con dedicación, con excelencia, con lealtad y fidelidad. Primero lealtad a Dios, a sí mismo y a los demás. Esto lo convirtió en un hombre íntegro.

Fue esto lo que miraron las personas que confiaron en José para ponerlo siempre a cuidar de los demás… Sabemos que más tarde fue Gobernador de Egipto.

Y si bien es cierto que no todos tenemos un talento extraordinario, sí que podemos aprender y mejorar cada día en todo lo que hacemos, en cualquier oficio y como seres humanos. Además, ser íntegros, sinceros, leales, no son valores que se encuentren en todas partes, por lo cual son altamente apreciados y valorados.

Escribo esto para invitarte a dar siempre lo mejor de ti, siempre puedes buscar lo mejor, el mundo no termina allí donde creemos que hemos fracasado, hay más vida y futuro delante de cada historia que escribimos, hay tanto que dar, tanto que compartir, tanto que aprender…

Cuando te sientas ignorado, pregúntate a ti mismo ¿Para quién hago lo que hago? Creo que nuestras metas deben apuntar a mejorarnos a nosotros mismos, mejorar no solo nuestra economía, sino también nuestras capacidades y aptitudes que son las herramientas que pueden abrirnos las puertas a nuevos horizontes y caminos. El punto de referencia somos nosotros mismos, mejorar con respecto a ayer, otra referencia solo nos sirve de guía, pero el trabajo es en nosotros.

Cuando te sientas ignorado, recuerda que eres libre para elegir, elegir mejorar cada día, elegir esforzarte, ser paciente, perseverante, esperar y no decaer, y buscar hasta hallar las respuestas a lo que estas buscando.

En la vida todo es un camino, la vida no es solo ese resultado que esperamos, es también aprender a apreciar el instante y lo que nos deja cada día vivido. Eso nos va formando y va haciendo de nosotros lo que somos.

Recuerda, siempre puedes elegir. Para eso nacemos libres.

Muchas gracias por leer y comentar.

^{La foto es de mi autoría la tome con un teléfono Samsung SM-A105M, editada en Ligthroom}

@inspiracion