Resultó muy adecuado contraponer semánticamente las dos imágenes: libertad en la primera y prisión en la segunda. El primer texto cierra con la comprensión de la libertad cuando, sin querer, se desperdicia, pero antes enfatiza con primorosos símiles el encanto del paisaje, la libertad de las aves para volar.
El segundo texto, por su parte, capta muy bien la perplejidad de un ser que no se encuentra en su mundo. Resulta magistral la sensación que transmite sobre que ni siquiera sabe si está vivo... Bien hecho, amigo. Éxitos...
Muchas gracias profesor por su experta opinión que resalta con maestría mis ideas.
Mis mejores deseos esta semana en los nuevos desafíos.
¡Un fuerte abrazo!