¡Hola mis estimados amigos de Steem Venezuela!

Bienvenido a mi juego del diario donde contaré lo diferente que estuvo este día tan particular y donde aprendí a lidiar con las pequeñas adversidades sin dejar que se derrame una gota del vaso de mi paciencia.

_{Sonrisas que valen la pena}
Hoy me levanté algo tarde pues es mi domingo de descanso, pero existen compromisos ineludibles que cumplir para hacer nuestra vida un poco más satisfactoria en el hogar. No quisiera comenzar contando mis hábitos de aseo personal al levantarme, pues no es diferente al de cualquier otro día. ¡Es aburridísimo!

Desayuné algo ligero y me alisté para salir a comprar el agua potable en dos botellones de 20 litros con un costo total de 1,88 Steem. Es algo que hace un tiempo para acá, hago de manera inter diaria.

Sin embargo, tuve que esperar el momento para salir hasta que mis hijas y mi cuñada estuvieran listas, ya que me pidieron llevarlas a una tienda y un vivero, en la misma dirección.

_{Haciendo la fila para recargar}
Finalmente, salimos juntos y llegamos al sitio para comprar el agua, todo parecía pan comido e hice mi lugar en la fila, mientras mi cuñada iba al frente a comprar masa para cachapas.

Pasó un buen rato y no avanzaba en la fila, las personas comenzaron a irse, cuando me tocó pagar, el punto de venta no tenía línea, no se podía hacer pago móvil y no tenía efectivo para pagar. Así es, Venezuela no se ha arreglado.

Parece ser que toda la mañana el servicio de internet estuvo de capa caída. No termino de acostumbrarse a lo malo de este servicio, respiré profundo, tomé mis botellones vacíos y continuamos la ruta hacia el vivero para que mi hija comprara dos sacos de tierra para sus morrocoyas por un valor de 9,38 Steem.

_{Esta vez mi hija intenta pagar los sacos de tierra}
Allí de nuevo el problema para pagar, el punto de venta estaba dañado y no se pudo realizar el pago móvil. Con suerte el encargado del vivero nos permitió llevar los sacos y luego hicimos el pago, este fiado, estaba apurado por cerrar la tienda.

_{La tienda donde dejé a mi familia}
En el camino de regreso dejé a mi familia en la tienda, pues sé que allí iban a estar por mucho tiempo.

Necesitaba primordialmente llevar el vital líquido a casa ya que desde hace mucho tiempo la calidad del agua no es apta para el consumo. Así que volví después de un rato para poder cumplir con este compromiso.

_{Por fin obtuve la recarga de agua}
Finalmente obtuve el agua y embarqué los botellones. Los subí por las escaleras del sótano hasta la planta baja, porque irónicamente tenemos una administración del condominio tan eficaz, que anuló el acceso por el sótano al ascensor, por tanto estuve obligado a subirlos a la planta baja ...

- ¡Son unos genios!

Luego los embarqué en mi carrito y subí en el ascensor que con suerte estaba funcionando. Por fin llegué con el agua y pude decir...

-¡Ahora si es pan comido!

Descansé un buen rato para que mi familia pudiera hacer las compras con suficiente tiempo. Finalmente, regresé a la tienda, nos comimos unos helados en el camino y regresamos a casa para almorzar una rica cachapa.

_{Una sonrisa que vale la pena}
Fue un día distinto, lo que me motivó a escribir este diario, no podría decir que fue malo, sino que me enseñó a respirar profundo, a ser más paciente y tolerar las circunstancias adversas que te ayudan a pensar que no todo parece pan comido, pero que vale la pena la sonrisa en el rostro de mi familia al compartir una salida juntos.

Notas:

📌 Imágenes propias presentadas con canva.com
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