Navidad sin alegrías

Ya es Navidad y por eso hoy muchos no quieren hablar de tristezas ni soledades, y me instan a que no lo haga, a que aparte la amargura en honor a éstos día; como si quien padece melancolía pudiera cubrirla echándole un manto de flores, pero ni el más exquisito perfume puede opacar el hedor de la mierda tibia.

Así que hablaré de tristezas y no tolero censuras porque el hecho de que las ocultes no quiere decir que no existan.

No hablaré de mi corazón roto por no tener a mis hijos cerca porque ellos están conmigo y en su Patria, se fueron y volvieron mucho antes de iniciar la pandemia. Tampoco estoy triste por mis padres ausentes porque mis padres están vivos, juntos y felices allá en su campo.

Quiero hablar de una tristeza que me abruma y embarga más que las penas propias;
quiero contar de las tristezas de Meche y Eunice y en ellas evoco a todas las madres que sufren nostálgicas soledades por los hijos migrantes y solos en tierras frías y duras.

Quiero traer una vieja tristeza y hablar de Carlos, el abuelo que murió de hambre y desolación a principios de éste año, por no encontrar caridad en los que estaban y no poder hablar con los que se fueron.

Quiero enterrar la tristeza de Ruperto, el de Valle Verde, al que le mataron un hijo y tuvo que desarmar su ranchito pa enterrar su hijo muerto. Sin hijo y sin techo se quedó Ruperto!

Quiero hablar del corazón triste y muerto de Yolanda y de su hijo injustamente preso; como presos injustamente están Aryenis y Alfredo, mientras su madre y su padre son también prisioneros del dolor amargo y vil por tener a un hijo preso.

Amarga y vil como la prisión sin sentencia del Camarada Pinto, así como tantos y tantas privados y privadas de vivir en libertad sin que medie la oportunidad de defensa y de verdad.

Y de la tristeza del niñito que hoy no tendrá un juguete aunque sea viejo. Y del viejo solitario que en silencio sentirá el vacío en su rancho y en su pecho...

Necesito gritar la tristeza de una Patria... Mi Patria adolorida, maltratada y asediada por quienes juraron defenderla.

Por estas tristezas y por la tristeza mía, quiero regalar a todos los que están tristes por injusticias y soledades, por infamias y desesperanzas,
mi máximo empeño y voluntad, mi compromiso sincero y militante.
Mi vida y aliento
por devolver a la Patria
y a sus hijos
la alegría,
el amor y la
libertad de vivir y soñar
sin añorar otros tiempos!

24/12/2020