De volantes, Taladros y lluvias.

Buenas noches estimados lectores de where-in, hoy hablaré de mi día de trabajo, sin más que decir empecemos.

Esta mañana como todas las mañanas me despertó la ruidosa alarma de la celular, con un poco de sueño me levanto de la cama y empieza la rutina de todos los días: ir al baño, lavarme la cara, cepillarme, calentar las arepas, cambiarme la ropa, ponerme los zapatos, desayunar, mirar que esté todo en el bolso y partir al trabajo.

De camino intente apurarme pues el ambiente parecía que fuera a llover, gracias a Dios que no llovió y llegué un poco antes de las 8.

Tuve que esperar 30 minutos a que llegarán mis jefes pues me dijeron a través de una llamada que salieron un poco retrasados en el tiempo.

Lo primero que hice fue aprender a armar una silla, que primero mire como la semana Harrison y luego me tocó a mí (pelee mucho para poner los posa brazos lo demás fue normal), al terminar de armar la silla me tocó armar la base, que rápidamente termine ya que todo era a presión.

Me puse como todos los días a pasar volantes a todo el que se detuviera por el tráfico o por qué me vieron y se detuvieron para agarrar los volantes.

Rápidamente entregando volantes de hicieron la 1 del medio día y almorcé, tarde pero almorcé (mucho auto pasando a si que en vez de irme a comer decidí dar volantes hasta que disminuyeran la cantidad de autos).

Después almorzar empezó una lluvia bipolar, se iba y venía la lluvia.

Como a las 2 o 3 Harrison me mandó a las esquina de la carrera 24 con calle 20 a comprar ramplus que iba a usar para poner unas repisas.

Después de regresar el inmediatamente con el taladro hizo lo huecos, coloco los ramplus, yo y la jefa Mirma sosteniamos la repisa mientras Harrison ponía los tornillos, luego puso otra repisa más arriba de la otra y la atornillados a la pared igual que la anterior.

Seguí entregando volantes hasta como después de las 4 que llevaba más o menos como 200 volantes entregados el jefe decidió cerrar, a si que saque la bicicleta, lo ayude a cerrar las puertas y la santa maria para luego irme a casa.

Gracias por leer este corto post, espero que les haya gustado y servido la anécdota de mi día de trabajo, sin más que decir me despido con un abrazo sicológico hasta la próxima vez CHAO.

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