Desde pequeña he intentado entender mi cerebro, ha sido casi como una obsesión. La razón de esto, es que mi pensamiento, y este, llevado a la acción me ha traído muchas dificultades en la vida tanto que comencé a cuestionarme para qué sirve tenerlo. Era un proceso de ansiedad sobre otro, ya que no sabía identificar el meollo del asunto. Ahora de adulta comprendo un poquito más a este impresionante órgano rector de mis conexiones sinápticas, y me he vuelto muy empática con aquellas personas que viven en ansiedad porque ya yo pasé por ahí.

A través de este escrito abordaré el tema de la ANSIEDAD, ya que, tras intentos fallidos, otros, victoriosos, de prueba, error, éxito; al final, se puede llegar a que las crisis cada vez sean menores y comenzar a experimentar el bálsamo de la esperanza para cobrar valor en la coexistencia de un proceso ansioso destructivo a uno constructivo.

El asunto con la ansiedad es que nos pone tristes, al punto de llevarnos a la depresión. Y ¿cuál es el problema de estar deprimidos? pues, que justamente todo parece dar vueltas en círculos viciosos. Ejemplo:

La cuestión, que he comprendido y les comparto a manera de enseñanza, es que ciertamente hay asuntos que duelen demasiado, o lo que es lo mismo decir, son problemas más fuertes que nuestra voluntad, nuestra humanidad.
Comprendí algo, que te quiero transmitir, el tema de caer en depresión ansiosa es que no puedes por ti mismo o misma “desdeprimirte”. Precisas ayuda, yo lo comprendí y nunca más quise andar resolviendo mis temas de ansiedad en solitario. Eso fue una resolución "constructiva".

Por supuesto, que capaz me digas: es que la gente de afuera no entiende y de buenas a primeras me dice: “Esfuérzate un poquito y sal de esos círculos destructivos”. A esos tales hay que mandarlos lejos (siendo decentes), o simplemente ignorarlos porque carecen de empatía, y no es con ellos que precisas aliarte para salir de la situación que destruye el alma. Busca relacionarte con personas enteramente confiables, un profesional de la salud mental (no estás loco o loca, muchos pasamos por ahí).

Ser vulnerable no significa ser débil

Démonos permiso para ser vulnerables (¡y que no nos avergoncemos de esto!). Lo normal es fluir sin desgastarnos más de lo normal, ya que no es necesario que:

1. Predigamos y controlemos todo
2. Pensemos que siempre tengo que hacerlo todo bien
   
   Fuente

Comprendamos que parte de ser humanos es darle lugar ancho a nuestra vulnerabilidad, comprenderla, darle atención y sobrellevarla. Después de todo, ella también nos conforma. El apóstol Pablo decía en 2 Corintios 12:9

Dios me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Concluyendo:

Habiendo sido una niña, joven y hoy adulta ansiosa , cada vez que la "ansiedad" toca a mi puerta, la recibo como lo que es: un personaje que me visita, con el que coexisto en este mundo diverso. Ella es claramente un pedazo de mi estructura neural, ya no le temo, ya no la exorcizo. Al contrario, por ella aprendí a hallar mi centro, a orar más, a respirar lento, a darme cuenta del aquí el ahora. No la mimo, ni me mimo caminando con ella, pero aprovecho cuando me visita para mirarme adentro, conocerme más, buscar a quien es más grande que yo, mi Hacedor.

He comprendido que soy vulnerable, más no débil; esto me ha llevado a tener compasión sana de mí, y por ende ser más condescendiente con los que sufren y padecen cuadros severos de ansiedad. Esta sensación que me ha movido a escribir este artículo, Doña Ansiedad, comienza queriendo destruirme, pero ya la conozco, no me agarra desprevenida, y me acerca más a Dios, porque en mis debilidades él se hace más grande en mí.

Me despido, con amor
@yrmaleza