El calendario hebreo

La conjunción entre la Luna y el Sol se presenta todos los meses cercano a Rosh Hodesh, puesto que la Luna Nueva se produce por el paso del astro entre el Sol y la Tierra, por lo que su sombra se proyecta hacia la Tierra y no resulta visible. Rosh Hodesh es la primera noche posterior a la conjunción, cuando se manifiesta la luz del nuevo mes. Este proceso sucede al menos doce meses entre dos solsticios de verano. Una de las revelaciones más importantes de la Torah y la Cábala es que el tiempo no es homogéneo, sino que la energía se encuentra diferenciada dependiendo en qué división del tiempo nos encontremos. Cada una de las doce divisiones indicadas por Rosh Hodesh indica una energía diferente durante el ciclo lunar, que reinicia cada vez que se presenta el solsticio de verano. Esto era sabido por las naciones que no poseían la Torah. Sin embargo, la caída de Adam al mundo trajo consigo una nueva división del tiempo que sucede cada siete días desde el Yom Rishon del año uno.

Desde ese momento comenzó una cuenta de siete días donde se repite la energía máxima que se encuentra disponible para la persona que conocemos como Yom Shabat. Sin embargo, a diferencia de la energía disponible cada período lunar y que se fue conociendo a lo largo de los siglos, no era claro cómo existía una variación en cada período de siete días. Esta fue una de las grandes revelaciones que trajo la Torah.

La lectura pública de la Torah se estaleció en los tiempos de Esdras como prevención para retornar a Babilonia. Con el paso de los siglos se ha dividido en 54 porciones que se leen cada semana, denominadas Parasha, indicando mediante su contenido la energía que se encontraba disponible cada semana y mediante las fiestas que se indicaban en los preceptos los momentos privilegiados del año. Con el paso de los siglos se establecieron las porciones que debían de leerse cada semana, indicando con ello la energía disponible en ese período. La energía disponible queda dividida por la Parasha que se lee cada semana, pero la interpretación de la Torah a lo largo de los siglos amplía la energía que puede estar disponible cada período de siete días. Esto lo sabemos gracias a la revelación del Zohar, que aclara y amplía el significado de la Torah cada semana, permitiendo dilucidar la energía que se encuentra disponible que no podríamos acceder solamente con las reglas de interpretación que se poseían antes del Zohar.

El secreto de la Merkabah es el secreto del calendario. Dice el Zohar: «porque ella ha nacido de cuatro hijos: Rubén, Shimon, Levi y Judá; Jesed, Gevurah, Tiferet y Maljut, donde se encuentra fijado el carro santo»(Vayetse, 170). Y en otra parte dice: «Ellos son todos el carro santo. Abraham, Isaac y Jacob son Jesed, Gevurah y Tiferet, las tres patas del trono; y el rey david es la cuarta pata» (Bechalaj, 53). La Merkabah tiene cuatro patas porque el conteo del calendario tiene cuatro fuentes de energía: la indicada por el Zohar (Jesed), la indicada por las fiestas (Gevurah), la indicada por la Torah misma (Tiferet) y la que proviene del movimiento de los astros (Maljut).

De esta manera, la energía disponible es diferente día a día, semana a semana y mes a mes. Sin embargo, es la misma año tras año, permitiendo la corrección de las desconexiones hechas en años pasados en el mismo día al siguiente año. Analizaremos cada uno de los contenidos propuestos por los documentos.
Dice el Sefer Yetzirah (5:5): «Doce meses en el año: Nisan, Iyar, Sivan, Tamuz, Av, Elul, Tishrei, Jesvan, Kislev, Tevet, Shevat, Adar». Es así que hay doce constelaciones en el Zodiaco: «Tleh, Shor, Terumim, Sartan, Ari, Betulah, Maznayim, Akrav, Keshet, Gedi, Deli, Dagin» (Sefer Yetzirah 5:4), correspondientes a Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricorno, Acuario y Piscis.
De esta manera se organiza cada mes lunar y permite establecer la naturaleza de la energía de cada mes.

• Nisan: El signo del carnero representa las fuerzas nuevas que vienen al mundo. Siendo el Año Nuevo de las Festividades, su energía permite la liberación y el inicio de nuevos proyectos. Sin embargo, también existe una inclinación natural a exacerbar los ánimos y encarar a las personas y situaciones sin la debida reflexión.

• Iyar: El signo del toro representa la fisicalidad y la comodidad, la cual debemos combatir siendo la inclinación natural del cuerpo por recibir lo que impide que se manifieste la luz. Esta presencia de la fisicalidad es propicia para que comiencen a manifestarse de manera física procesos originados en los mundos espirituales.

• Sivan: El signo de los gemelos representa la unión entre el cielo y la tierra. En este mes debemos preguntarnos qué de nuestra vida es verdadero y aquello que solamente es ilusorio y pasajero.

• Tamuz: El signo del cangrejo es un período especialmente complicado, ya que comienza a manifestarse el máximo de energía del año. Este signo está especialmente vinculado a la salud, y la conciencia de este mes determina el daño mayor que se le realiza al cuerpo, por lo que se debe evitar reprimir las emociones y mantener la alegría. Por lo tanto, este mes debemos mantenernos en el interior y diminuidos para transitar con éxito.

• Av: El signo de león es el máximo de energía solar del año, simbolizado por un signo impetuoso y completamente externo. Por tanto, este mes debemos mantenernos en el interior y diminuidos para transitar con éxito.

• Elul: El mes de la virgen marca la última oportunidad de corrección antes del juicio, por lo que es un momento de reflexión y balance. Es un momento en que aparecen muchas injusticias, donde la corrección es no juzgar nuestro alrededor y aceptar las situaciones a nuestro alrededor como perfectas. Es un momento donde podemos poner excesiva atención a los detalles y perder la visión global de las situaciones, por lo que no debemos perder de vista el panorama general.

• Tishrei: El mes de la balanza es el momento del juicio cósmico, donde todo es evaluado conforme a sus méritos. También es un momento de decisión, donde no debe de postergarse ninguna alternativa en los hechos de nuestra vida que se presenten.

• Jesvan: Es un mes que viene con mucha energía, donde comienza a manifestarse aquello que fue juzgado en el mes de la balanza. También se debe tener mucho cuidado con aquello que se dice ya que se es muy susceptible a producirse enemistad por malentendidos.

• Kislev: Es el mes en que se conecta con la energía de los milagros. Es un mes donde pueden presentarse dificultades por la agresión, por lo que debe prevalecer la calma y el manejo diplomático de los conflictos.

• Tevet: Es un mes donde se resaltan las estructuras rígidas de la sociedad y el miedo a perder posesiones. Es un mes donde se
  debe aprender a soltar y dejar que la vida nos presente situaciones positivas.

• Shevat: El mes del cántaro favorece una organización horizontal y hay una gran importancia por compartir y corregir el mundo. Se debe tener especial importancia a los detalles porque hay una tendencia a ir hacia lo general.

• Adar: El último mes es donde se cosecha el trabajo de todo el año. No se debe juzgar entre el bien y el mal, poniendo especial énfasis en la felicidad que ha traído la evolución en conciencia de los meses anteriores.

Aunque aquellos nacidos bajo ese signo son más susceptibles a expresar las características en su mes, en realidad todos tendemos a manifestar las características positivas y negativas del signo cuando se presenta el sol en el recorrido de su signo. Nuestro primer avance al crecimiento espiritual y a la expansión de conciencia es tomar en cuenta las dificultades que se presentan en cada tiempo para superarlas y evitar su influencia.