Hoy acudo a este querido diario para descargar de mi mente el peso desagradable de este día. Les cuento que cada día se hace más difícil echar gasolina en Venezuela, porque ahora implementaron el sistema pico y placa, que no es otra cosa que suministrarle gasolina a los carros de acuerdo al numero de placa, bueno amigos, la placa de mi carro termina en 0, por lo que hoy me tocó surtir gasolina, caro si le pude echar gasolina al carro, pero después de pasar casi 14 horas en la cola.

Si amigos, después de pasar 14 horas en una cola, la cual comencé a hacerla desde la 1 de la madrugada, y a eso de las 4 de la tarde fue que al fin pude echar gasolina. Les cuento que el proceso para poder surtir gasolina comienza a las 6:30 de la mañana, que es la hora cuando llegan a la cola los señores que marcar los carros, marcar los carros significa, ponerle en el parabrisas un numero para controlar el orden en que cada entra a la estación de servicio, aunque hay que esperar que primero entran los carros de los funcionarios del gobierno, que son muchos, y por otro lado los amigos de los dueños de la estación de servicio, así es que funciona esto.

Un día de mucho desgaste físico, 14 horas en la cola para surtir gasolina

Así es amigos, hoy tuve que calarme 14 horas para poder echarle gasolina al carro, prácticamente no he dormido nada, les cuento que a la 1 y 20 de la madrugada llegué a la cola, pensé que yo sería uno de los primeros en hacer la cola, pero no fue así, porque al llegar, habían más de 70 carros, aunque en ese momento hice un recorrido y pude constatar que habían 76 carros delante del mio.

Después de una hora en la cola, fíjense la cantidad de carros que han llegado que no alcanzo ver el ultimo:

Bueno amigos, lo único bueno es que en las colas se hacen amistades, por lo menos a mi me gusta conversar, y como yo acostumbro a llevar café, le brindo a los que conozco en la cola. Hoy hice amistad con un joven de 43 años, quien después de entrar en confianza, me dijo que me quería contar un problema, me dijo que las relaciones con su esposa cada día empeoran más y más, al punto que su esposa le habló de divorcio, mientras me hablaba pude observar que de sus ojos salieron lagrimas, la verdad es que esto me conmovió, porque según su relato, lo que había sucedido entre ellos no era tan grande como para llegar a esos extremos y más cuando entre ellos existe un pequeño hijo de dos años.

En realidad no les quiero contar con detalles lo que me contó este amigo, pero el problema no tiene que ver con infidelidades, más que todo es por problemas económicos, aunado a la necesidad de vivienda propia, ya que su esposa no quiere seguir viviendo donde su suegra, bueno amigos, es lamentable que esto suceda entre parejas jóvenes, lo único que le pude aconsejar a este joven, fue, que hablara con su esposa, y buscaran la manera de replantear sus proyectos de vida, pero siempre unidos, que si había que alquilar una casa, que hicieran el sacrificio por pagarla, porque lo importante era salvar el matrimonio, bueno, así fue pasando el tiempo, entre cafés y cafés, hasta que se hicieron las 5 de la madrugada.

Son las 5 de la madrugada y miren la cola:

En verdad tenia ganas de acostarme un rato en el carro, pero hacia mucho calor, porque si bajaba los vidrios del carro se metían las plagas y por otra parte era un riesgo, porque esa zona era peligrosa porque deambulaban muchos drogadictos.

Poco a poco entre las nubes iba apareciendo la claridad del día:

A las 7:30 de la mañana llegaron los señores de la estación de servicio para marcar los carros, a mi me toco el numero 83, yo pensé que a eso de las 10 de la mañana podía estar listo, pero no fue así, porque la cola comenzó a avanzar y a las 11:20 aproximadamente, la cola se detuvo, entonces fue cuando me enteré que la gasolina se había terminado, pero que estaban esperando otra cisterna. ¿Que les parece?, bueno, no había otra opción que seguir esperando, por lo que tuve que llamar a mi esposa para que me trajera comida y agua.

Me tocó el numero 83:

La cisterna llegó a la 1:30 de la tarde, y logré surtir de gasolina a las 3 y media de la tarde, la verdad es que sentía mucho cansancio, imagínense ustedes pasar casi 14 horas sin dormir en medio del calor y los zancudos de la madrugada, creo que no es para menos.

Al fin llegué a casa, y después de un buen baño, me senté a la mesa a disfrutar de mi almuerzo, luego descansé un rato, y a eso de las 7 de la noche, decidí contarles esta historia del día, les confieso que mientras les escribía este relato, el cansancio del trajinar del día, desapareció, pero creo que esta noche tendré un sueño profundo, así que hasta mañana, que pasen una feliz noche, Dios les bendiga.