El día de cumpleaños de mi Madre fue tan especial; ya que a esta persona le debo todo lo que soy y es mi ejemplo a seguir. He vivido momentos difíciles y muy sublimes en su compañía, siempre estamos juntas, somos amigas que a veces tienen diferencia de opinión, sin embargo, somos aliadas ante toda circunstancia.

En su cumpleaños quise ofrecerle un desayuno delicioso tal como se merece; mientas transcurría la mañana mi hermano también se acercaba a felicitarle y conversar de temas cotidianos, ella es nuestra guía.

Por otro lado, los sobrinitos se acercaron a abrazar con tanto amor e ingenuidad propia de la infancia expresada en abrazos y besos. Traían en sus manos algunos juguetes de su propiedad y le mostraban con cariño a su abuela, mientras, mi madre les abrazaba con especial emoción.

De esta manera transcurría el día, con sorpresas para ella, entre tanto acompañada de mi cuñada me dirigí al mercado a comprar los implementos para elaborar un almuerzo con tinte guayanés, cachapa con pollo asado y jugo de papelón, debo mencionar que los precios estaban elevados sin embargo hicimos las compras de lo necesario.

Al llegar a casa, ocupamos la cocina con artículos para elaborar ese delicioso almuerzo, entre las risas de los niños jugando en la sala y las conversaciones de mi madre junto a mi abuela, fueron pasando las horas, hasta que estuvo listo el almuerzo y sentados en la mesa pudimos degustar este delicioso plato en ambiente hogareño.

Seguidamente, era necesario limpiar y ordenar toda la cocina ya que mi mama es muy celosa con el aseo de la misma.

Al llegar la tarde, cada uno se ocupó en vestirse con ropas muy bonitas para la ocasión; ambiente musical, conversaciones, risas y travesuras de los niños enmarcaron la entrada de la noche hasta que llegó el momento de bailar pasodobles que encanta a mi abuela, quien de inmediato se levantó y dispuso a bailar acompañada de mi hermano, luego todos nos incorporamos al baile familiar, quizás lo utilizamos para olvidar dentro de nuestras carencias, la situación país y estrechar lazos familiares.

Con todo el ritual que implica en Venezuela, se apagaron las luces, se encendió la vela y con alegría todos cantamos Cumpleaños Feliz, te deseamos a ti; mi madre impregnada de emoción pidió su deseo y apagó la vela mientras era observada por los niños con tanta alegría y ansiedad por probar un trozo de la suculenta torta que también preparamos para el compartir.