Soy invidente, conoceme

Soy una persona con discapacidad visual. Sí, soy ciega, es el término usado comúnmente para mi caso. No lo soy de nacimiento, fue producido por una enfermedad congénita llamada Retinitis pigmentaria que fue cubriendo mi retina y quitándome la visión hace unos 15 años.

Te puedo decir que muchas de las cosas que crees de mí son equivocadas. No, no puedo escuchar más que tú, como muchos creen, solo pongo atención más a lo que escucho porque al carecer de mi visión mi oído se hizo más atento pero no más desarrollado.

Disfruto del canto de los pájaros o del susurro del viento. Me alegro con la voz de los seres amados, sin importar su apariencia fisica.

No cuento los pasos al caminar para ir de un lugar a otro, algo que muchos también aseguran que hacemos los ciegos, utilizo mi orientación y mi amado bastón, quien se ha convertido en parte esencial de mi.

Aprendí y aprendo cada día a descubrir el mundo a través de sensaciones, sonido y olores. Pero aún necesito de tu ayuda para buscar una dirección o cruzar una calle; no tengas miedo en ofrecérmela, que seguro la agradeceré.

Acuérdate que con determinación y esfuerzo, todos los días camino a mi independencia, al igual que todos los que padecen esta condición.

Y por eso te pido que no me mires como alguien diferente ni con lastima, que no me alejes de tu vida o de la sociedad, que no me menosprecies, sino que veas mis capacidades, que me integres, que juntos rompamos las barreras y podamos construir un mundo mejor.

Sé que entre todos lo lograremos si nos despojamos de los estigmas sociales y los paradigmas inventados para separar a los seres humanos de acuerdo a su condición, color de piel, religión y muchas circunstancias más.